La ejecución a balazos de una mujer que había denunciado que un narcotraficante abusaba de su hija, de apenas 11 años, derivó en una condena a prisión perpetua para el sujeto, al que se le imputó ser quien planificó el crimen y utilizó a un grupo de adolescentes, entre ellos familiares directos de la víctima, para consumar el homicidio. Además de esta sentencia, tres chicos, de entonces 16 años, fueron hallados como coautores de "homicidio agravado" y en el futuro se les fijará la pena.
Cosme Báez, de 28 años y nacionalidad paraguaya, se había instalado, tiempo atrás, en la villa 31 bis del barrio porteño de Retiro, tras haber escapado de su país, donde tenía causas pendientes de distintos delitos y se dedicó a la venta de estupefacientes y en su función de "dealer" se valía de un grupo de pibes de la zona, a los que tenía como "clientes" y utilizaba para sus actividades ilícitas. En este contexto de marginalidad y vulnerabilidad social, entabló una "relación" con una nena, a la que le decía que era "su novia" y a la que comenzó a abusar sexualmente.
La madre de la pequeña, de 11 años, enterada de la situación lo denunció y a partir de allí, empezó a recibir amenazas de muerte. Hasta que en la noche del 14 de noviembre de 2014 se desató la tragedia, ya que cuando Serafina López dormía en su humilde vivienda fue atacada por dos sicarios y uno de ellos, la mató de un tiro en la cabeza.
Detrás del crimen hubo una oscura trama, ya que la posterior investigación dio por probado que Celso Báez "convenció" a la niña y a su hermana, de 16 años, de permitir que tres adolescentes (dos varones y una chica) ingresarán a la vivienda para consumar el "encargo de asesinar a la madre de ambas, para deshacerse de ella". Las hijas habrían sido cómplices del ideólogo del homicidio de su propia madre, que se oponía a esa "relación" y al consumo de estupefacientes.
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El sospechoso pudo ser apresado, cuando se escondía en el domicilio de unos familiares en la villa De los Paraguayos en San Martín, al mismo tiempo que la niña fue hallada deambulando por la zona de Retiro. Entonces, quedó al descubierto el siniestro plan y en poco tiempo, la causa fue elevada a juicio con Báez como imputado y los adolescentes que tanto mataron a Serafina López (de 33 años y también paraguaya), como los que actuaron como encubridores, entre ellos, la hija mayor de la víctima, de 16 años.