En un contexto de recrudecimiento de la inseguridad en todo el país, un nuevo sondeo advirtió sobre una dramática situación: en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se producen unos siete mil robos diarios en comercios, los cuales se ven agravados por el uso de armas de fuego.
Según se desprende de la nueva Encuesta Mensual de Inseguridad (E.M.I.), desarrollada por la ONG Defendamos Buenos Aires con la asistencia del Estudio Miglino y Abogados, desde mayo del año pasado se multiplicaron los robos violentos a comercios en Buenos Aires.
Entre las modalidades más elegidas por los delincuentes para atacar a los locales comerciales incluyen el amedrentamiento con armas y los llamados "escruches", es decir rotura de vidrios y paredes para robar. Otro mecanismo que está en crecimiento es el de los "mecheros", personas que esconden mercadería dentro de su ropa.
Al respecto de esta situación, el director de Defendamos Buenos Aires y abogado, Javier Miglino, explicó que "hace más de un año que venimos alertando sobre la tierra de nadie en que se ha convertido el otrora pujante barrio de Recoleta en la Ciudad" e indicó que las áreas más afectadas son "todas las arterias que terminan en la Avenida del Libertador, como Juncal o Libertad por citar solo dos; son verdaderos pasillos para robos de todo tipo. Los delincuentes ingresan a los negocios de la zona y roban, le arrebatan el teléfono celular a una chica o le roban la computadora a un chico que está leyendo sentado sobre la vereda de un bar".
"En todos los casos, los delincuentes salen disparados hacia la Avenida del Libertador, cruzan a la carrera y una vez que ingresan en la Villa 31, el crimen que impune", añadió.
Aunque el distrito capitalino no es el único afectado por el robo a comercios, sino que en la provincia de Buenos Aires la problemática se replica. "En el centro de Lomas de Zamora, sobre todo en la calle Meeks y la peatonal Laprida, no hay día sin robos. Igualmente en el centro de Adrogué y de Lanús. También se producen atracos en la zona oeste del Conurbano bonaerense, en los barrios de Ramos Mejía, San Justo e Isidro Casanova. Y completan el cuadro del delito, San Martín, San Isidro, Olivos y Vicente López", aseveró Miglino.
Además precisó que los robos en manos de motochorros también van en aumento, ya que detalló que "en la mayoría de los casos, los delincuentes operan con un cómplice que los espera a bordo de una moto. Es decir que los motochorros ya no se conforman con arrancar carteras o romper vidrios de autos para robar; ambas actividades delictivas nacidas en Bogotá y Medellín, Colombia, alrededor del año 1978. Ahora también roban en comercios y de ese modo, el sufrido emprendedor debe sortear las bajas en las ventas con la presencia de maleantes y criminales".
"En general los comerciantes luego de ser robados, dan por perdido el dinero, la mercadería y los teléfonos celulares que se llevaron los delincuentes. Miran para adelante e intentan olvidar el episodio", advirtió el letrado y remarcó que "saben que la denuncia les llevará medio día de trabajo, que servirá para poco y que incluso puede acarrearle mala fama al local. De este modo los delincuentes ganan por partida doble. Roban fácil y rápido y nunca son perseguidos, con lo que la espiral de criminalidad continúa creciendo".