El primer caso ocurrió el sábado a las 7 de la mañana cuando cuatro delincuentes asaltaron un colectivo donde viajaba una mujer policía a la que le robaron su arma reglamentaria.
Los ladrones bajaron del colectivo en la avenida Crovara, frente a la villa Puerta de Hierro, y allí fueron observados por un transeúnte que los vio armados y le avisó segundos después a un patrullero que pasaba por la zona.
Los policías del móvil localizaron a los sospechosos, dieron la voz de alto, dos de ellos se refugiaron en la villa y los otros dos huyeron hasta una canchita de fútbol del barrio donde se produjo un intercambio de disparos.
Allí, murió baleado uno de los sospechosos, luego identificado por la policía como Sebastián Vizcarra (26), quien poseía prontuario y había estado detenido en los penales de Olmos y de General Alvear.
El segundo hecho fue el sábado a la noche cuando dentro de Puerta de Hiero apareció asesinado de dos tiros un joven identificado como Santiago José Villalba Aguirre (18).
El cuerpo del muchacho fue encontrado montado en una moto que, luego se supo, había sido robada el mismo día por la tarde en la localidad de Rafael Castillo.
Fuentes de la investigación indicaron que Villalba había pasado por su casa y por Puerta de Hierro mostrando "como un trofeo" la moto robada y ahora el crimen ser investiga como un posible "ajuste".
El tercer hecho en el asentamiento de Ciudad Evita fue el domingo por la tarde cuando Lucas Ezequiel Ferreyra (23) salió corriendo de la villa y en la avenida Crovara le pidió ayuda a un patrullero.
El joven de desplomó delante de los policías que notaron que estaba ensangrentado y que tenía una herida punzocortante en el tórax que en pocos segundos le causó la muerte, ya que la puñalada había lastimado el corazón, según se supo luego por informes forenses.
Un testigo ya declaró ante la policía que vio a la víctima tener una pelea con un joven aún no identificado, luego de haber ido a comprar droga al interior de la villa.
Fuentes judiciales indicaron que Ferreyra tenía colocados en el cuello auriculares de celular pero no tenía encima el teléfono, por lo que no se descarta que el asesino le haya robado el aparato.