Una mujer quedó detenida bajo monitoreo electrónico acusada de envenenar a su esposo, un policía de la ciudad de Toay, en La Pampa, quien se descompensó días atrás luego de ingerir un licuado que ella le había preparado y que también bebió un perro, que era la mascota de la comisaría y que murió en el acto, lo que despertó sospechas de los investigadores.
Se investiga si la mujer envenenó a su pareja porque era víctima de violencia de género, para lo cual se requirieron informes sobre denuncias previas.
El hecho se inició el pasado domingo 5 de septiembre cerca de las 20, cuando Gabriel Páez Albornoz, de 37 años, un oficial de la Policía de La Pampa, bebió en su trabajo de un licuado de banana que se presume le había preparado su esposa, Yanina Coronel (31).
El hombre comenzó a sentirse mal, por lo que fue trasladado rápidamente por sus compañeros al Hospital Lucio Molas, de la ciudad de Santa Rosa, La Pampa.
En ese interín, un perro, que era la mascota de la comisaría, bebió del resto del licuado que había dejado Albornoz y cayó muerto al instante en la dependencia.
Esa circunstancia fue comunicada al comisario que acompañó al policía descompuesto al hospital, quien alertó de ambos sucesos al fiscal Oscar Cazanave, a cargo de la Fiscalía de Delitos Contra las Personas, quien comenzó con la pesquisa.
Una de las primeras medidas que tomó el fiscal fue ordenar un peritaje sobre el vaso y la licuadora donde se había realizado el licuado, lo que implicó que se realizara un allanamiento de urgencia a la vivienda que Albornoz compartía con su esposa y con el hijo de ambos, de cinco años.
A su vez, los médicos que atendían a la víctima comenzaron a hacerle estudios clínicos, los cuales determinaron que el hombre había ingerido un fuerte insecticida utilizado en zonas rurales, llamado Metomil 90.
"Se hicieron pruebas para saber qué veneno era. Se peritó la licuadora, que ya había sido lavada y guardada, y se determinó que tenía restos de la misma sustancia", aseguraron.
Durante la primera semana de internación, Coronel asistía al hospital y era ella quien recibía los partes médicos vinculados a la evolución de la salud de su marido.
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Pero el jueves último, tras completar una serie de análisis, el propio Cazanave ordenó la detención de la mujer por el delito de "tentativa de homicidio agravado por el vínculo".
"La mujer no tuvo ningún acercamiento, fue muy fría", describió un investigador.
El fiscal explicó también que la esposa del policía "era la única persona que estaba en contacto con la preparación del licuado” y, luego, fue más preciso: “Logramos recrear que ese insecticida estaba en el batido y que su esposa fue quien lo preparó”.
Tras el arresto, la mujer hizo uso de su derecho a negarse a declarar, por lo que el fiscal dispuso su prisión preventiva, que fue morigerada con un arresto domiciliario controlado con una tobillera electrónica.
Esta decisión se tomó debido a que Coronel está a cargo del hijo que tuvo con la víctima y no tiene familiares que puedan asistirlo.
Albornoz continúa internado en la terapia intensiva del hospital Lucio Molas en estado crítico, con pronóstico reservado y con asistencia respiratoria mecánica.