Alberto Fernández presentó a un gabinete de coalición -como lo definió por el origen de sus integrantes y como aval al mismo Frente de Todos-, en el que intentó ponderar a cada grupo -ya sea los de estirpe propia, como los surgidos en su Grupo Callao, o los que vienen de filas kirchneristas y massistas- y trazó diferencias con el gobierno de Mauricio Macri tanto en economía, medio ambiente o seguridad en lo que seguramente habrá sido el puntapié inicial de un relato en construcción.
Las oficinas de Puerto Madero, sobre la calle Encarnación Ezcurra al 300, fueron el escenario para la presentación de un gabinete de 21 ministros. Pasadas las 18.20, de a poco, fueron ingresando a una sala del 7º piso los ministros y algunas funcionarios.
Victoria Donda, de verde furioso, y que se hará cargo del Inadi, fue una de las primeras: por un lado la presentación tuvo el objetivo de mostrar a ese equipo de coalición y por otro, equilibrar la disparidad de género que había en el gabinete -solo 4 ministras de 21-, incorporando así como funcionarios a la diputada de Libres del Sur, a Malena Galmarini -enfundada en un vestido floreado- que tendrá a su cargo una empresa estatal como Aysa, a Victoria Tolosa Paz -la mujer del dueño del departamento de Alberto (Pepe Albistur) y ex precandidata a intendente platense- como titular del Consejo contra el Hambre y a la pedagoga Adriana Puigross, que secundará a Nicolás Trotta en Educación.
Hace tiempo contábamos en estas páginas que el reingresado Gustavo Béliz iba a ser muy influyente en la administración albertista. Lo cierto es que este viernes el presidente electo lo reivindicó, recordó que se fue del gobierno por situaciones que prefiero olvidar -el enfrentamiento que tuvo en 2005 con el espía Jaime Stiuso, que había sido respaldado por el kirchnerismo- y desde la Secretaría de Asuntos Estratégicos tendrá la función de continuar la tarea de la actual Modernización del estado pero también la coordinación del Consejo Económico y Social que intentará lograr un pacto social.
Justamente este acuerdo tendrá la misión de encontrar armonía entre precios y salarios. No quedó claro cuándo comenzaría a actuar ya que su titular, adelantó, deberá tener acuerdo del Senado. Y, casi al final de la rueda de prensa, Fernández dijo que prevé otorgar aumentos de emergencia en los primeros días del gobierno a jubilados, estatales y a los que menos ganan, esto es, a los salarios más bajos. No hubo precisiones pero, al parecer, estos ajustes sobrevendrían por encima del declamado pacto social.
Al joven Santiago Cafiero, futuro de jefe de gabinete, lo definió como su alterego. De hecho entraron últimos al recinto mientras el resto del gabinete esperaba sentado. Actuará en sintonía con la vicejefa de gabinete, la economista Cecilia Todesca. Ambos del Grupo Callao -ese think thank que el ganador del 27 de octubre creó en 2018- combinarán política y economía y menos marketing, saldando diferencias con la impronta que le dio Marcos Peña a la Jefatura de la administración saliente.
Sí de diferencias hablamos, Fernández cuestionó la doctrina Chocobar -por el efectivo validado por el macrismo por haber baleado a un delincuente por la espalda-, al presentar a la nueva ministra de Seguridad, Sabina Frederic, una antropológa que contrasta con la línea dura de Patricia Bullrich. También criticó a la justicia al anunciar a Carlos Zanini como Procurador del Tesoro y, trastabillando en sus palabras, recordó los 107 días en prisión que tuvo que afrontar el ex candidato a vicepresidente.
La sorpresa de Martín Guzmán en Economía, se explicó, se vincula con la difícil negociación de la deuda externa.
En Transporte recaló el massita Mario Meoni, radical transversal y ex intendente de Junín. Pero en esa área hay que prestar atención al futuro secretario de Transporte: Guillermo López del Punta, que manejará la parte operativa y llegó a ese puesto por la presión de Hugo Moyano y los gremios del transporte.
Pese a que se lo vio nervioso al leer su discurso, Alberto Fernández tuvo momentos de emoción para la futura secretaria Legal y Técnica, su ex pareja Vilma Ibarra, y para su ex socia y futura ministra de Justicia, Marcela Losardo. Tuvo pocas palabras para el secretario general de la Presidencia entrante, Julio Vitobello, un funcionario de confianza pero de bajísimo perfil que no tuvo un paso recordado por la Oficina Anticorrupción. Estuvo 6 años y casi no interactuaba con el personal. Se hacía traer los diarios y el yogurt, recordó, con malicia, un ex funcionario.
También de perfil kirchnerista, Agustín Rossi ha sido el designado en Defensa. Entre otras tareas, deberá enfrentar las consecuencias de la tragedia del submarino Ara San Juan. El saliente ministro Oscar Aguad y los jefes de la Armada fueron denunciados por las 44 muertes de la tripulación; en las últimas horas surgió de la querella que las víctimas no contaban con ART ni las condiciones de seguridad mínima estaban garantizadas en esa nave, según la abogada Valeria Carreras.
Casi al final, el futuro mandatario tuvo palabras para recordar a Raúl Alfonsín y su ética de la responsabilidad para trabajar por los pobres y a Néstor Kichner y su frase bautismal en 2003 ahora hay que ponerse a trabajar, que les legó a los futuros integrantes de su equipo de gobierno.
Por último, Alberto jugó al misterio con algunas designaciones, como quién liderará la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), tantas veces cuestionada. Con todo, hay dos nombres de extrema confianza que podrían ocupar ese cargo: su locatario, José Pepe Albistur o Alberto Iribarne, viejo amigo del PJ porteño y ex ministro de Justicia.
Fernández anunció su gabinete: "Los convoco a hacer la epopeya"
Cafiero, un jefe de gabinete con experiencia en el sector público
Cómo definió Alberto Fernández a cada integrante de su gabinete
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