La ceremonia del mate acompaña cada una de las críticas y reflexiones. Axel Kicillof se siente cómodo en sus oficinas de campaña del centro histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a pocas cuadras de la plaza de Mayo. El precandidato a gobernador bonaerense por el Frente de Todos asegura que "el hambre" será su mayor desafío. Y, aunque admite algunos logros de la gestión Vidal, considera que tanto la mandataria provincial como el Presidente de la Nación hacen "marketing".
-María Eugenia Vidal dijo en 2015 que halló la Provincia quebrada. ¿Cómo cree que la va a encontrar en caso de triunfar el 27 de octubre?
-Lo que decía Vidal remite a una realidad histórica: Buenos Aires produce el 40% del PBI nacional y recauda el 40% pero la Coparticipación es mucho menor. Entonces hay una inequidad entre lo que produce, tributa y recibe de mucho tiempo atrás. Y como tiene más necesidades no son suficientes los recursos. La gobernadora dijo que conquistó fondos adicionales pero es mentira.
-Pero asegura que logró recuperar recursos del Fondo del Conurbano luego del pacto fiscal.
-Negoció unos refuerzos que todavía los está peleando para este año (el pedido $19 mil millones por actualización), porque con una inflación del 55% no vale nada. Pero si uno toma el presupuesto de este año y lo compara con el del 2015 y se fija que pasó con los recursos sumando lo automático de Coparticipación y lo que le mandó Nación, hoy tiene menos. Vidal hace la "trampita" de comparar los recursos de Coparticipación automáticos pero lo hizo por el fallo de la Corte Suprema que obligó a repartir recursos. Se nota el contraste con lo que pasó en la Ciudad: (Horacio Rodríguez) Larreta si ganó y tuvo un aumento de recursos por persona, como vemos cuando hacen las veredas tres veces. Y ante esta falta de recursos, la gobernadora endeudó a la provincia en dólares por lo que quien la suceda deberá afrontar los intereses de deuda sumado a ese desequilibrio. De una deuda de 9 mil millones la subió a 12 mil millones y antes la tenía un 50% en pesos y ahora en un 20%.
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-Pero en el gobierno sostienen que el endeudamiento fue para solventar las obras de infraestructura, como las hidráulicas del río Salado.
-No están: no avanzó más con las obras hidráulicas. Igual quiero ser justo: toda obra que hayan hecho hay que valorarla. El problema es que no han hecho todas las que dijeron como la propaganda enuncia. Este gobierno tiene una especie de vicio que consiste en hacer más marketing que hechos.
-¿Lo que se inauguró en el Salado es un tramo?
-Sí y además lo demoraron mucho. Estuve hace poco por la zona y nadie está conforme porque faltan varios tramos. Y parte de ese financiamiento venía del gobierno anterior. También dijeron que hicieron cloacas y saneamiento pero se conoció un informe oficial de AySA donde se muestra que no hicieron más que el gobierno anterior. Bien por lo hecho, pero no hicieron mucho más.
-¿Y el promocionado Sistema Riachuelo, en Dock Sud, que buscan impactar en millones de usuarios?
-Toda obra de largo plazo que puedan hacer está bien. Pero cuando se analizan los números de inversión de capital en este gobierno han caído infernalmente. Por eso tenían la esperanza de que vinieran los PPP (participación pública y privada) pero no pasó nada. Y si uno mira el video de Macri golpeando el asfalto en un spot de Vialidad, habla de 13 mil kilómetros de ruta pero un informe de Chequeado, un sitio cercano al PRO, afirma que los kilómetros de ruta son 460. La gobernadora dijo que hizo 1800 obras en los municipios pero los intendentes decían que muchos las hicieron ellos, incluso hubo algunos hechos lamentables como cuando llegaba un camión de la Provincia, ponía un cartel, sacaba una foto en una obra municipal y luego se iba. Hay mucho marketing: vimos a Macri inaugurando 8 kilómetros de autopista en la ruta 7 y eso no es una inauguración: son solo 8 kilómetros de ruta.
-Había un fondo provincial para municipios, el FIM.
-No tenemos la lista de obras pero esas fueron con fondos propios de los municipios. No es una gran denuncia: con datos oficiales de AySA, Vialidad, y ahora la Procuración que muestra que ha avanzado el delito.
-¿Quiere decir que uno de los ejes de la campaña oficial, la lucha contra las mafias, no dio resultado?
-No. Es relativamente comprensible si miramos algunos factores. Es obvio si casi se duplica el desempleo en la Provincia, si las escuelas están cerradas por falta de gas, si los clubes de barrio no pueden pagar las facturas, algo va a influir en la seguridad, aunque el fenómeno no se explique solo por componentes sociales. Y si miramos el presupuesto en justicia y seguridad de 2015 comparado con 2019, cae un 30% en términos reales. Los policías ganan un 8% menos que hace 4 años y los patrulleros no tienen nafta. Todo lo que haya hecho bien la gobernadora, no se lo quiero tirar abajo. Pero no se puede hacer propaganda con cosas que no pasaron. Es un gobierno más de intensiones que de la realidad.
-¿Cuál sería el problema más acuciante que debería atender en caso de ganar la elección?
-El hambre. Hace unos días el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, me dijo que en 2015 asistían por demanda alimentaria a 1200 personas y ahora están con 40 mil. En un barrio carenciado de Vicente López, Las Flores, no había merenderos y ahora hay 6. Cuando le preguntaron a la gobernadora por la pobreza, donde está toda la discusión de las cifras, para no tenerla tomo se tomó un indicador de la UCA.
-Usted en 2015 se metió en un berenjenal con el tema...
-No me metí, lo aclaré cien veces el tema. Pero si discutimos la realidad, la UCA decía que en 2003 había 25 millones de pobres y en 2015, 12 millones. Es cierto que al final se desaceleró esa tendencia: los últimos años fueron más complejos y por eso lanzamos el Progresar, el Procrear o el Ahora 12.
-¿Pero no fue desafortunado decir que se estigmatizaba a los pobres al contarlos?
-Ahora voy con esos 12 millones de pobres en 2015 y ahora la UCA dice que tenemos 16 millones de pobres. Entonces no es verdad lo que dijo la gobernadora que ahora la pobreza es similar. En su administración bajó 20 puntos la jubilación y el salario real un montón. En conclusión: el problema más acuciante es resolver el déficit alimentario.
-¿Le pareció justo el traspaso de las energéticas a Provincia o Ciudad o fue un manotazo de ahogado de Nación en medio de la crisis?
-No voy a eludir la responsabilidad en caso de ganar, hoy hay un vacío muy grande en la regulación de las empresas. Lo que hay que hacer es sentarse con los empresarios, que planteen un plan de inversión y ocuparse que lo cumplan. Cuando hay problemas, deben aplicarse las multas y si la industria está muy concentrada, la Legislatura deberá analizar si tiene una solución legal. De momento no se están usando los instrumentos que existen, da una pena bárbara que Vidal sea cercana a Macri y a sus empresarios amigos y nunca cuestione a las empresas. El apagón de Edelap duró cuatro días y todavía no sabemos si alguien va a pagar una multa. Ahí hay algo que tiene olor a podrido. Me decían que era muy duro con las empresas, pero hay que cumplir los reglamentos. En su momento peleé con los fondos buitres para defender las empresas nacionales y si llego a ser gobernador, es lo que me propongo hacer.
-Vidal, en paralelo con una idea de Nación, avanzó contra regímenes jubilatorios especiales como el del BAPRO.
-Nos opusimos a esa ley. En todo caso, la cuestión previsional de la Provincia hay que resolverla con un estudio y debatiendo con las partes. Pero no con imposiciones, situaciones de hecho o enfrentamientos con un sector vulnerable. No sé porque Vidal no se la agarró de ese modo con Edelap. Los regímenes tienen que tener equidad pero no se pueden volar de un plumazo. Es lo mismo que plantearon cuando sacaron el fútbol gratis para construir tres mil jardines: sólo se construyeron 60 en Provincia. Entonces jardines no tenemos y fútbol tampoco: es el tipo de promesas de este gobierno. Las cloacas eran el "caballito de batalla" del oficialismo y ahora no se ve una publicidad con eso porque se conoció la verdad. Está muy bien lo que hicieron, pero falta un montón.
-¿Va a haber un debate con Vidal?
-Estoy debatiendo ahora mismo. En Cambiemos tienen otra estrategia, hace unos días mandaron a un candidato de otra jurisdicción -Martin Lousteau- a discutir conmigo. Lo que le quiero pedir a la gobernadora ni siquiera es que debata conmigo: que debata con los bonaerenses y camine la calle, que reciba alguna visión negativa, en forma respetuosa, a mí me pasó con el famoso episodio del Buquebús pero sigo caminando. Mis actos son en plazas y si alguien me dice algo malo, lo escucho.
-¿Le enseñaron a no calentarse?
-Nunca fui calentón. Si alguien está sufriendo, tiene derecho a reclamar. Me gustaría que sea con respeto.
-El Frente de Todos imitó algunas formas del PRO en la campaña digital, con selfies o videos de entrevistas con vecinos.
-Cuando era chico no había todo esto. Mis hijos, tengo uno de 7 y otro de 10, se criaron con tablets, teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y a los dos años ya manejaban algo. Pero uno empezó siendo un analfabeto digital. La leyenda cuenta que Perón uso una innovación tecnológica, como la radio, para llegar a los sectores populares y así ganó las elecciones. No reniego de nada de eso, está bueno. Tampoco lo inventó nadie, sino que es el uso que le da la sociedad. El lunes estuve en un acto en Tigre, convocado por las redes, un acto abierto a quienes no me quieren, y al finalizaron todos empezaron a sacarse selfies. Es un ritual, un acto de cariño, no de cholulismo.
-Mucho se habló que los intendentes no lo querían como candidato ¿Pudo recomponer el vínculo?
-Nunca existió como movimiento o situación. Sí hubo compañeros que son intendentes que expresaron su voluntad de ser gobernador. Entonces cuando hay un solo cargo y muchos aspirantes hay claramente una competencia fraternal, lógica. Ahora una vez que se resolvió la candidatura, uno de los que se habían expresado de esta forma como Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) anunció por redes sociales que yo iba a ser el candidato a gobernador. Así que eso se allanó, lo mismo con Veronica Magario (La Matanza), candidata a vicegobernadora.
-¿Cómo es su relación con Magario? En algunos afiches se la veía con más protagonismo que usted.
-Excelente. No lo vi así, estamos trabajando muy bien. La nuestra es una fuerza política ensamblada, no con Verónica o Fernando (Espinoza), que han hecho un trabajo grandísimo en un municipio de más de dos millones de habitantes y un presupuesto de $10 mil millones. Capaz que alguien que vive allí va a la Capital y piensa qué bien gestiona Larreta: pero tiene un presupuesto es $350 mil millones, 35 veces más, con casi la misma cantidad de habitantes y menos necesidades. En este espacio todos estamos aportando: hubo un acto de madurez, de autocrítica, de búsqueda de la unidad y dejar las rencillas de lado para registrar la situación de la Provincia donde está muy mal todo. Con un gobierno mejor, aún en condiciones malas aunque Macri siga aplicando las mismas medidas, es posible poner en marcha la producción. La actual administración desfinanció la educación pública, no abrió hospitales nuevos entonces se puede mejorar mucho la situación: todos queremos recuperar lo perdido y poner en marcha la Provincia.
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