La jueza Ana María Figueroa fue elegida nueva presidenta de la Cámara Federal de Casación Penal, el máximo tribunal por debajo de la Corte Suprema, en reemplazo de Alejandro Slokar.
Se trata de un tribunal clave en el que hay varias definiciones pendientes sobre expedientes vinculados a la corrupción en la política.
Figueroa era vicepresidenta segunda del máximo tribunal penal del país y reunió los votos necesarios para erigirse en ganadora por encima del vicepresidente primero del cuerpo, Mariano Borinsky, que sonaba como el sucesor de Slokar.
La flamante presidenta cumple 75 años el año próximo y si aspira seguir en el tribunal debería pedir un nuevo acuerdo del Senado.
Figueroa es especialista en derechos humanos, suele acompañar con sus fallos posturas relacionadas con la política judicial del kirchnerismo y entre la causas importantes que tiene para resolver están la reapertura o no del Caso Hotesur - Los Sauces contra Cristina Kirchner; la firma del Memorándum con Irán, y la revisión de la absolución de los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa en el caso de la retención de impuestos de Oil Combustibles.
La jueza ocupará un lugar clave en la Cámara de Casación, el tribunal que revisa las causas que ya pasaron por los jueces de primera instancia, pero también por la Cámara de Apelaciones. Casación es el paso previo a la Corte Suprema.
Con la asunción en la presidencia -que será desde el próximo 1 de enero- Figueroa sale de la Sala de I. Ese lugar debía ser ocupado por el presidente saliente pero Slokar pidió volver a su sala original, la II, de la que se retira Mahiques para ingresar a la Sala I.
Las salas de Casación para el 2023 quedaron de esta manera. La Sala I con Barroetaveña, Petrone y Mahiques; la Sala II con Ledesma, Slokar y Yacobucci; la Sala III con Riggi, Gemignani y Borinsky como subrogante; y la Sala IV con Hornos, Carbajo y Borinsky.