Una multitud se congregó este martes en el estadio del Club Arsenal, en Avellaneda, para participar del acto que la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, brindó en el marco del lanzamiento de su plataforma “Unidad Ciudadana”. Vestida de azul, con un pañuelo en el cuello, y más delgada, la ex mandataria habló durante casi una hora en un escenario montado para tal fin, desde donde aseveró: “Vengo a sumarme como una más”.
“Lo que necesitamos es ponerle un límite al Gobierno para que pare el ajuste”, lanzó durante su alocución, en la que pidió “canalizar la fuerza y organizar la sociedad” porque “tenemos pasado, pero con ellos no tenemos futuro”.
Posteriormente, Cristina hizo subir a la tarima a una veintena de personas afectadas por las políticas implementadas por el Gobierno actual, por “tarifazos”, “quita de medicamentos y de subsidio por invalidez” y por “problemas con las importaciones”.
“No me parece justo que estemos sufriendo; que nos hayan desorganizado la vida así. Antes se podía planificar a fin de mes; uno sabía cuánto iba a juntar para los ladrillos y eso es lo que han venido a romper”, disparó.
Pese a que se escuchaban cánticos ofensivos por parte de algunos participantes contra el oficialismo, la ex jefa de Estado pidió en reiteradas oportunidades que “el insulto y el agravio se lo dejaran a ellos”.
Por momentos emocionada e intentando bajar el nivel de confrontación de otras épocas, la ex mandataria confesó: “Ya no soy la joven aquella que quería cambiar el mundo. Los años pasan para todos”.
“Quiero volver a ser parte de un movimiento político donde lo importante es el pueblo, donde lo importante son los que sufren, los que necesitan”, manifestó enérgica la ex presidenta frente a la multitud que, eufórica, aplaudía cada palabra que pronunciaba. Y pidió “no bajar los brazos ni ponerse triste, ni llorar”.
Al finalizar, cantó el Himno nacional e inmediatamente, y casi como un ritual, se escucharon los acordes de “Banderas en tu corazón” de Los Redondos, como cortina de cierre del acto que tantas otras veces la acompañó al terminar sus discursos como Presidenta.
Momentos después, un auto blanco la sacó del estadio cuando todavía había miles de personas dentro del lugar, que se fue desconcentrando con el transcurso de los minutos.