La expresidenta señaló que el movimiento peronista no supo adaptarse a la época. Los sindicato ya no representan. Trabajo estatal, un "privilegio".
Cristina Fernández de Kirchner publicó este viernes una carta en la que señaló los errores que cometió el peronismo en las últimas décadas y abarcan el propio partido, la representatividad sindical, el déficit fiscal y el rol del empleo público.
La carta, que fue publicada en las redes sociales de la exvicepresidenta puede interpretarse un modo de plantear la corrección del rumbo del peronismo y de ofrecer una propuesta para enfrentar los desafíos actuales del país.
Uno de los puntos centrales de la carta de Cristina es su visión el rol de los sindicatos. Según la ex mandataria, "las representaciones sindicales características del siglo XX y fundantes del peronismo ya no son la expresión mayoritaria de los trabajadores".
Así, la exvidepresidenta señala que el panorama laboral ha cambiado drásticamente, y que los trabajadores registrados en la actividad privada representan una minoría dentro de la población económicamente activa. Además, solo el 40% de estos trabajadores están sindicalizados, lo que debilita la influencia de los gremios en la actualidad.
Para Fernández de Kirchner, este fenómeno evidencia la necesidad de que el peronismo revise su relación con los sindicatos y adapte sus políticas a una nueva realidad laboral, donde el sector formal ya no es el único ni el más representativo. Esto implica reconocer que las antiguas estructuras sindicales ya no son suficientes para defender a los trabajadores, en un contexto donde el empleo informal y las nuevas formas de contratación laboral proliferan.
Otro de los ejes de la carta fue el diagnóstico sobre la ineficiencia del Estado y su impacto en la sociedad. Cristina Fernández de Kirchner criticó lo que llamó el "viejo modelo de Estado omnipresente que derivó en ineficiencia e ineficacia". Este modelo, según ella, no ha sabido adaptarse a los tiempos modernos, generando una burocracia que es observada por la sociedad con recelo. En su visión, la falta de resultados y la baja calidad de los servicios públicos ha creado una percepción de que "el empleo estatal es un privilegio", visto como un gasto innecesario que, en consecuencia, muchos sectores exigen reducir.
Este punto marca una clara crítica a la hipertrofia del empleo público y a la falta de eficiencia en el Estado, temas recurrentes en el debate político argentino. Fernández de Kirchner parece sugerir la necesidad de una "nueva estatalidad" que involucre más participación comunitaria y que sea capaz de dar respuestas concretas a las demandas de la población.
En uno de los pasajes de la carta, Cristina Kirchner criticó que no se haya"impulsado la reversión del déficit fiscal"mediante la reducción del gasto tributario que beneficia a sectores concentrados de la economía, y a través de una reforma tributaria que "construyera un sistema más racional y equitativo". Este diagnóstico va en línea con un llamado a reformar el sistema fiscal, buscando no solo simplificar la administración de impuestos, sino también hacer que los sectores con mayor capacidad contributiva asuman una mayor carga.
La vicepresidenta también señaló que el país falló en implementar las reformas necesarias para revertir el desequilibrio fiscal, lo que sigue generando dificultades macroeconómicas que afectan a toda la población, especialmente a los sectores más vulnerables.
En su carta pública, Crtistina también criticó la falta de una "revisión y reforma profunda de la educación pública", una demanda que, según ella, es compartida por todos los sectores sociales. La ex mandataria subrayó la urgencia de mejorar el sistema educativo, especialmente para aquellos que no pueden acceder a la educación privada, y quienes ven cómo las carencias del sistema público limitan sus oportunidades.
Asimismo, la vicepresidenta apuntó a los problemas de seguridad, haciendo hincapié en la necesidad de un plan integral que combata la "desigualdad social" y el "gatillo fácil", al mismo tiempo que aborde el creciente avance del narcotráfico en las zonas más vulnerables del país. Cristina advierte que "el retiro del Estado" ha dejado un vacío que, en muchos casos, ha sido ocupado por organizaciones delictivas, sustituyendo la autoridad estatal.
Finalmente, Fernández de Kirchner concluye su carta llamando a una reorganización del peronismo que permita "alinear pensamiento, palabra y acción". Según ella, esta trilogía es fundamental para que el peronismo vuelva a ser una fuerza política mayoritaria y deje de ser una mera oposición para convertirse en una alternativa de gobierno.