En el caso del actual gobierno, lo califiqué como una estafa electoral. ¿Por qué? Porque en la campaña se dijo exactamente lo contrario a lo que se hizo. Con lo cual, me parece que las democracias necesitan mecanismos donde los gobernantes que se comprometen en campaña a hacer algo, cumplan con el contrato. Esto está documentado. En el debate presidencial se acusó a nuestro candidato (por Daniel Scioli) de haberse convertido en no sé qué cosa. Pero cuando hablamos de devaluación, de ajuste, de tarifazo, de gente que iba a perder el trabajo, todo eso está pasando y fue prolijamente negado. Por las encuestas, se dieron cuenta que debían decir que el Fútbol para Todos debía seguir, que no se iba a privatizar Aerolíneas Argentinas, que YPF tampoco, que se iban a respetar los derechos de todos.
Me parece horrible la persecución política que hay en nuestro país. Hay presos políticos. Milagro Sala, la dirigente social del movimiento Tupac Amaru está presa sin causa, simplemente para tenerla de rehén. El armado de causas políticas, sin pies ni cabeza, o denunciando las cosas que una tenía declaradas. Yo no estoy en los Panamá Papers, el Presidente (por Mauricio Macri) y toda su familia, sí. A mí nadie me encontró en paraísos fiscales, ¿saben por qué? Porque no estoy en paraísos fiscales.
Generar puestos de trabajo no es un Estado generoso. Generar puestos de trabajo es la obligación de las políticas públicas. Si la gente no tiene trabajo cómo organiza su vida. Ahora se está destruyendo trabajo. De hecho, comenzaron con señales muy fuertes: en el sector público echaron gente a mansalva, desmantelando programas y políticas públicas. Y el sector privado, que mira al Estado y sabe que hay señales que le permiten hacer determinadas cosas, también en estos momento ha habido despidos, cierres de fábricas y de comercios.
Creo que lo que pasó en Ecuador y el deterioro que están teniendo sociedades como Brasil, va a exigir un replanteo y reconstruir nuevas mayorías. Se afectó la relación de fuerzas que tenían los procesos populares, nacionales y democráticos, por medio de campañas de mentiras. Es una obligación de las dirigencias reconstruir esa relación de fuerzas.
Creo que China es un actor global y más allá de lo que uno quiera o no, es la segunda economía del mundo. Hay que pensar que en el año 49, cuando los argentinos construimos locomotoras, aviones, rastrogeros, en ese momento en China se comían la corteza de los árboles, porque había comenzado una gran hambruna, y hoy, después de 50 años, les estamos comprando las locomotoras que hacíamos. Evidentemente, hay un surgimiento de un actor global, que creo que ayuda al equilibrio, como también la aparición de Rusia.
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