Los triunfos electorales del líder republicano y el presidente argentino tienen puntos en común. El próximo jueves volverán a encontrarse en Estados Unidos.
Donald Trump fue electo por segunda vez presidente de los Estados Unidos en una elección que nadie esperaba que fuera tan contundente. Demócratas y republicanos analizan por estas horas cual fue el motivo por el cual alguien que nunca termino de pertenecer al “establishment político” se alzo con 301 electores y será desde enero de 2025 el presidente número 47 de EE.UU. y el hombre mas poderoso del mundo.
“Este proceso en un punto se parece mucho al que llevó a Javier Milei a la presidencia de Argentina: ciudadanos desilusionados y cansados de un gobierno que no les dio respuestas y un candidato outsider que dice todo lo que piensa, propone medidas drásticas a problemas viejos y que no respeta los cánones de la política tradicional”, dice un analista del Partido Demócrata que prefiere hacer sus declaraciones en off the récord.
Se refiere, claro está, al debate sobre la inmigración. Trump ha sido claro y ha prometido deportar a todo el que no está en regla con sus papeles de inmigración en Estados Unidos. Y eso le ha valido muchos votos latinos. Porque las generaciones más jóvenes —cuyos padres vinieron de países de América Latina hace ya mucho tiempo— hoy no quieren que mas inmigrantes lleguen a “su país” y apoyan la política de cerrar las fronteras del hoy presidente electo de los Estados Unidos.
“El 54% de los votantes latinos hombres votaron a Trump”, señala orgulloso el estratega Dick Morris en dialogo con la prensa argentina desde Connecticut, donde diseñó y puso en marcha muchos de los ejes de campaña de Donald Trump, de quien es amigo hace ya muchos años porque su padre y el de Trump eran muy cercanos. El estratega asegura que la política de deportación de inmigrantes “será todo un éxito” y le atribuye -como muchos- el origen del éxito de Trump. Eso, sumado a que el candidato republicano no tuvo pelos en la lengua a la hora de decir las frases mas tremendas para generar un efecto mediático en la campaña.
En eso se parece a Milei, aseguran los analistas demócratas y también los republicanos. Sólo que en el caso del presidente argentino el eje de su campaña no fue la política migratoria, sino el famoso “no hay plata” y la lucha contra lo que el llama “la casta”.
Esto acerca a ambos presidentes, que se verán el próximo jueves 14 de noviembre en la residencia de Palm Beach de Donald Trump. Eso y que ambos mantienen un vinculo fluido con Elon Musk, quien podria ocupar un cargo importante en el gobierno de Trump.
Milei viajará a Estados Unidos para ver a Trump acompañado por su hermana Karina, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y probablemente este también Santiago Caputo, el asesor estrella del presidente e integrante del núcleo de confianza de Milei.
¿Cuánto ayudara a la Argentina que Milei y Trump tengan la misma frecuencia en la política? Sin duda, permite acercar voluntades, en especial con un presidente estadounidense que prioriza los vínculos interpersonales por encima de las cuestiones institucionales, algo que también prefiere Milei.
Sin embargo, la ayuda del FMI no dependerá sólo del buen vinculo que Milei tenga con Trump, porque allí los otros socios del Fondo (como Alemania por ejemplo) tienen un peso que es difícil contrarrestar. Lo que es un hecho es que Trump y Milei forman parte de una nueva forma de hacer política en el mundo. Y por ahora, los planetas parecen alineados.