En el Gobierno esperarán el resultado de la asamblea legislativa de Bolivia y el consecuente llamado a elecciones que termine con una restitución del orden institucional: siguen con detenimiento los sucesos en el vecino país, pero en privado sostienen que todo podría cambiar "si un general terminara sentándose en la silla presidencial".
Esta última frase es la conclusión de un asesor de Jefatura de Gabinete para ilustrar la "confusión" que se vive en el vecino país, donde ayer la senadora Jeanine Añez asumió la presidencia interina pese a las demoras para que sesionara la asamblea legislativa, como paso previo a un llamado a nuevos comicios.
Por la mañana en Casa Rosada el presidente Mauricio Macri, en ocasión de la apertura en el Museo Casa Rosada de la "Jornada del Cuerpo de Abogados del Estado", hizo referencia a la crisis boliviana y volvió a evitar denominar la salida del poder de Evo Morales como un golpe de Estado y pidió elecciones democráticas que garanticen la continuidad institucional.
Al respecto, el jefe de Estado sostuvo que "repudiamos la violencia de cualquier tipo y bajo cualquier circunstancia. Creemos en el diálogo como único mecanismo de salida de cualquier crisis que pueda tener una nación, y entendemos que las elecciones son la mejor manera de transparentar la voluntad del pueblo boliviano, y que sus mecanismos previstos en su Constitución son los que van a permitir resolver esta cuestión".
Asimismo, Macri señaló que "como establece la Carta Democrática Interamericana de la OEA, cuyos principios reafirmamos, la celebración de elecciones libres y justas son esenciales para la democracia. Por eso, vamos a trabajar siempre por una región en paz, con instituciones fuertes e independientes, que renuncien a la violencia y consoliden la unidad de los pueblos. Así que decirles a los hermanos bolivianos que estamos cerca, siguiendo el tema de cerca, y esperamos que rápidamente puedan convocar nuevamente a elecciones".
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De esta forma, el Presidente por primera vez hizo referencia en público a la crisis desatada el fin de semana en el vecino país que terminó con la renuncia obligada del ex líder cocacolero hoy refugiado en México. No pudo acordar un comunicado conjunto con el presidente electo Alberto Fernández tras un tenso diálogo, en el que quedaron expuestas las diferencias sobre los sucesos en el vecino país. Para el ganador de las presidenciales, en Bolivia el presidente fue derrocado. El canciller Jorge Faurie en las últimas horas ha venido defendiendo la postura de Casa Rosada, de negar que haya habido un golpe de Estado, aunque sí reconoció inoportuna la intervención de las FFAA en los sucesos.
Con todo, el asesor de Marcos Peña consultado dijo que "son pocos los países que condenaron la crisis de Bolivia como un golpe (México, Uruguay y Venezuela). Es confuso. Son eventos del siglo XXI analizados con la lupa del siglo XX". Y frente la consulta de si podría cambiar la postura oficial, dijo que "veremos lo que pasa tras la asamblea legislativa: si designan un sucesor y convocan a elecciones, o bien se sienta un general en la silla presidencial. Ahí todo puede cambiar".
Por la tarde, Miguel Pichetto, también en plena disertación en el evento organizado en el Museo Casa Rosada, dio su particular versión de lo sucedido en Bolivia, en sintonía con la mirada de Presidencia, donde reclamó a los analistas no optar por "una mirada generalizada de todos los acontecimientos, de la misma manera con un tamiz ideológico".
En este sentido, el senador peronista recordó que "en el proceso boliviano podemos decir que el señor Morales se quiso quedar para siempre, con la reforma a la Constitución poniendo límites al período presidencial; después se quiso quedar un período más y convoca a un plebiscito, que pierde, pero una Corte adicta le amplía el derecho a presentarse. Pierde las elecciones, hay trampa o fraude, la OEA denuncia y la elección se interrumpe. ¿Qué hubiera pasado en Argentina si pasara algo así? Hubiera volado por el aire. Bueno algo de eso pasó en Bolivia".
Por lo tanto, Pichetto concluyó que "las Fuerzas Armadas tuvieron orden de reprimir y no quisieron hacerlo. Ha habido una interrupción del proceso institucional pero no es un golpe de estado clásico al estilo de los 70. Ecuador tuvo algunos movimientos conspirativos pero no fueron la raíz del problema, en Chile también hubo crisis por la desigualdad y una demanda por mayor apoderamiento de la renta. Ahora querer hacer de todo una sola explicación por el neoliberalismo es un error". Y, tajante, el ex candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio indicó que "Bolivia iba camino a seguir las dictaduras de Cuba, Venezuela o Nicaragua".