La guerra contra la inflación le está dando más de un dolor de cabeza a Alberto Fernández. Esta semana, la fuerte suba de precios dejó en evidencia las distintas miradas que hay dentro del Frente de Todos respecto a qué hacer en la carrera precios vs. salarios. Tras muchas idas y vueltas, la portavoz del Gobierno confirmó algo que deja entrever que triunfó la mirada del sector que lidera Cristina Kirchner: habrá un bono para los jubilados, para tratar de compensar que las jubilaciones no han subido al mismo ritmo que la inflación.
“Sí va a haber un bono para jubilados, lo están trabajando Fernanda Raverta con Martín Guzmán”, confirmó Gabriela Cerruti durante su habitual conferencia de prensa de los jueves en la Casa Rosada. Y añadió que “más detalles se conocerán dentro de las próximas 48 horas”.
Hasta el momento, lo que está confirmado es que el bono podría ser de $ 6.000 (el mismo monto que se le dio a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo) y que se pagará en abril. Pero aún no está claro si será solo para quienes cobran la jubilación mínima (hoy en $ 32.630) o si el piso será un poco más alto.
El pago extra busca compensar la pérdida de poder adquisitivo debido a que la inflación está resultado mayor a los aumentos determinados por la fórmula de ajuste de las jubilaciones. Si sólo lo reciben quienes cobran la mínima, entonces abarcaría a unos 5 millones de jubilados y pensionados, incluyendo las pensiones no contributivas y la PUAM que cobran el 70 y 80% del haber mínimo.
Todos esos detalles los darán, en las próximas horas, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y la titular de la Ansés, Fernanda Raverta, cuando hagan el anuncio formal. Mientras tanto, en la Casa Rosada reconocían que “no hubo más remedio” que dar este bono, porque sino el atraso de las jubilaciones con respecto a los precios era muy grande.
Lo que no se atrevieron a decir es que implica un triunfo del sector del Frente de Todos que lidera Cristina Fernández de Kirchner y La Cámpora. Esa ala del Gobierno viene insistiendo en la necesidad de que el Estado intervenga para garantizar que los salarios (y las jubilaciones, claro) no se atrasen con respecto a la inflación.
Fue el propio ministro del Interior quien lo reconoció públicamente en las últimas horas. “Esta es otra de las discusiones que se vienen dando donde no hay coincidencia dentro del Frente de Todos”, admitió Wado de Pedro, refiriéndose al camino para combatir la inflación y evitar que los salarios pierdan poder adquisitivo.
En esta oportunidad, las diferencias dentro del Frente de Todos parecen haberse resuelto con cierta facilidad, aún cuando al “albertismo” no le haya quedado más remedio que definir con rapidez el otorgamiento del bono. La pregunta que muchos se hacían dentro del Gobierno es si el FMI había sido consultado antes de que Cerruti hiciera hoy el anuncio.
Ocurre que justamente ayer el vocero del organismo internacional, Gerry Rice, sostuvo que los riesgos del programa acordado entre el FMI y la Argentina son “excepcionalmente altos porque la situación económica y social de la la Argentina es frágil y nuevos shocks se han materializado”. Y precisó: “En los últimos 3 años la economía ha sufrido una recesión, con alta pobreza y una alta inflación”.
Precisamente la fuerte suba de precios es que lo ha generado un crecimiento sostenido de la pobreza y ha obligado al Gobierno a dar —en varias ocasiones— bonos como el anunciado ayer para tratar de compensar a los jubilados y también a los beneficiarios de los planes sociales. Pero incrementar la ayuda social no está precisamente contemplado entre los objetivos del acuerdo alcanzado con el FMI.