Fabián Rossi, empleado de la financiera SGI -controlada por un contador ligado a Báez, Daniel Pérez Gadín- también fue mencionado en los testimonios que respaldaron la investigación. Dolida, su esposa, Iliana Calabro, salió a defenderlo enfáticamente.
"Estoy dolida porque somos una familia que no se merece atravesar este momento", sentenció la actriz en declaraciones a radio La Red. "Mi marido desarrolla eventos, nunca lo negué", agregó, pero insistió en que no tiene "nada que ver con nada".
Calabró aseveró que "la única ruta del dinero es hacer mil y pico de kilómetros que hacemos para ganarnos el mango", y se preguntó: "¿Vos te pensás que alguien que hace todo eso va a tener rutas de dinero, con cientos de miles de dólares?".
"¿Soy una imbécil que mi marido me hace laburar como una hija de puta? ¿A vos te parece que yo merezco pasar por este desastre mediático? No, no es así", reclamó, y la emprendió contra Fariña y Federico Elaskar, otro de los denunciantes: ¿Quiénes son estos dos personajes? Yo trabajaba antes de que ellos nacieran. ¿De dónde salieron?".
No obstante, la hija de Juan Carlos Calabró reconoció que Leo Fariña era un cliente de su esposo. "Traía trabajo y hay que atenderlo, esto es así", justificó, y explicó que Rossi le brindaba asesoramiento en marketing a través de una empresa en Panamá.
"Pongo las manos en el fuego (por Rossi), absolutamente", sentenció. "Somos una pareja que habla mucho. Es la persona que yo quiero, si le hacen un mal a él me lo están haciendo a mí... Lo están ensuciando. Todo el que conoce a mi marido sabe que es buena gente".
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