María Eugenia Capuchetti juró como nueva jueza federal porteña en un acto a sala llena que se realizó en los tribunales de Retiro, donde ocupará el juzgado 5 que dejó vacante el ex magistrado Norberto Oyarbide, quien renunció en 2016 en medio de acusaciones de mal desempeño tras estar en ese cargo más de 20 años.
La flamante jueza juró minutos después de las 12 ante el presidente de la Cámara Federal porteña, Martín Irurzun, en un salón colmado por jueces, fiscales, abogados y funcionarios públicos.
Con Capuchetti son ahora dos las mujeres que conducen juzgados federales de primera instancia en el edificio de Comodoro Py 2002, donde se investigan las casuas de corrupción vinculadas a la administración nacional: la otra magistrada es María Romilda Servini, que no asistió al acto porque se encuentra de licencia.
De traje blanco y emocionada, Capuchetti juró por los Santos Evangelios y luego se abrazó con amigos y familiares en medio de un extenso aplauso con el que se coronó la ceremonia que se realizó en el salón de audiencias conocido como Sala “AMIA”.
El juzgado federal 5 de la Capital Federal estaba vacante desde abril de 2016 y fue ocupado sucesivamente por magistrados subrogantes, tras la renuncia de Oyarbide, quien estuvo en ese cargo 22 años, desde abril de 1994, cuando fue nombrado por el gobierno de Carlos Menem.
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La jura fue presenciada por los jueces de Casación Penal Javier Carbajo, Daniel Petrone, Mariano Borinsky y Carlos Mahiques, entre otros, mientras los miembros Cámara Federal porteña concurrieron en pleno.
Además, estuvo la mayoría de quienes desde ahora son colegas de Capuchetti en el tercer y cuarto piso de Comodoro Py: Ariel Lijo, Rodolfo Canicoba Corral, Daniel Rafecas, Sebastián Casanello, Sebastián Ramos y Sergio Torres.
Otros asistentes fueron Juan Bautista Mahiques, representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura de la Nación; el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, y el Procurador General bonaerense, Julio Conte Grand.
Capuchetti, de 46 años, arribó a uno de los estratégicos juzgados de Comodoro Py tras más de 20 años de trabajo vinculado al Poder Judicial y al Ministerio Público Fiscal. Y durante más de una década fue secretaria letrada en el juzgado federal 12, a cargo de Torres.
La última escala laboral de la flamante jueza antes de retornar a los tribunales de Retiro fue la Oficina de Enlace de la Fiscalía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con Organismos Oficiales. Tras la jura, la magistrada quedó formalmente a cargo del juzgado que ocupó Oyarbide.
En ese juzgado se tramitan causas como la que evalúa si se reabre una denuncia por presunto enriquecimiento ilícito a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Por el juzgado 5, mientras estaba Oyarbide, pasaron causas emblemáticas. Oyarbide instruyó los expedientes por la supuesta cuenta en Suiza del ex presidente Menem, el enriquecimiento ilícito del ex jefe de la Casa de Moneda Armando Gostanian, el caso OCA, donde procesó al entonces ministro de Economía Domingo Cavallo; la revocatoria de la prisión domiciliaria del dictador Jorge Videla, la calificación de “lesa humanidad” de los crímenes de la Triple A y los “medicamentos truchos” o “mafia de los medicamentos”.
También tuvo a su cargo las causas por el patrimonio del matrimonio Kirchner (que cerró en tiempo récord sobreseyendo a los ex presidentes y motivó uno de los pedidos de juicio político en su contra), el espionaje telefónico, donde detuvo al ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge Palacios y procesó al entonces jefe de Gobierno Mauricio Macri (sobreseído en 2015, tras ser electo Presidente); las dádivas por las que fue acusado el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime y el asesinato del sacerdote Carlos Mugica.
En 2018, dos años después de su renuncia, fue involucrado en la “causa de los cuadernos” sobre supuestos sobornos durante el kirchnerismo.