El presidente mantuvo reuniones bilaterales con líderes mundiales -incluido Xi-Jinping-, con el presidente del Banco Mundial y la directora del FMI.
Contradictoria, pero productiva. Así podría calificar Javier Milei su participación en la Cumbre del G-20 en Rio de Janeiro. Y es que aunque finalmente terminó suscribiendo el documento común de la Cumbre -que incluyó declaraciones sobre el hambre y la pobreza en el mundo- que había dicho que no firmaría, también es cierto que mantuvo reuniones fundamentales para la Argentina: se vio cara a cara con presidente de China, Xi Jinping; con el premier indio, Narendra Modi, y con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
Así las 48 horas que el presidente argentino pasó compartiendo con sus pares en Rio de Janeiro fueron agitadas pero productivas. Tan agitada fue la agenda de Milei que las reuniones bilaterales que mantuvo durante todo el martes le impidieron estar en la foto “de familia” que los mandatarios se sacaron al cierre de la Cumbre, y que incluyó a Giorgia Meloni (premier de Italia), Joe Biden (Estados Unidos) y Justin Trudeau (Canadá) que habían llegado a Río en la tarde del lunes y no habían participado de la primera foto en la que sí estuvo Milei.
Esa fue, al menos, la explicación que dieron en el entorno del presidente. En realidad, se arriesgaron a decir que mientras el resto de los mandatarios se sacaba la foto de cierre Milei estaba reunido con la directora gerente del FMI. Pero Kristalina Giorgeva sí estuvo en la foto final de la cumbre del G-20.
De cualquier manera, no fueron las fotos de Milei -ni la seriedad de su expresión cuando saludó al anfitrión Luiz Ignacio “Lula” Da Silva- , sino sus palabras las que le permitieron marcar una diferencia con el resto de los mandatarios de los demás países que participaron.
“No cuenten con nosotros”, fue la frase que el Presidente eligió para demostrar su rechazo a varios de los principios enarbolados por la declaración del Pacto contra el Hambre y la Pobreza que terminó firmando, aunque aclarando algunas diferencias.
“Si se trata de restringir la libertad de opinión, no cuenten con nosotros. Si se trata de transgredir el derecho a propiedad de los individuos a través de impuestos y regulaciones, no cuenten con nosotros. Si se trata de limitar el derecho de los países a explotar libremente sus recursos naturales, no cuenten con nosotros. Si se trata de inventar privilegios de sexo, de raza, de clase o cualquier minoría, no cuenten con nosotros. Si se trata de imponer mayor intervención estatal en la economía, no cuenten con nosotros”, dijo Milei en la Cumbre del G-20.
Básicamente el líder libertario dejó en claro que no comparte gran parte de los puntos destacados en el documento que los países que participaron de la cumbre en Río de Janeiro enarbolaron, en especial con la lucha contra el hambre y la pobreza.
“La evidencia empírica demuestra lo contrario: cada vez que un Estado tuvo una presencia del 100% de la economía, que no es más que una forma bonita de llamar a la esclavitud, el resultado fue el éxodo, tanto de la población como del capital. Y millones de muertes ya sea por hambre, frío o crimen”, dijo Milei.
“¿Quién querría jugar un juego en el que constantemente le cambian las reglas y, si te va bien bajo un reglamento, buscan la excusa para apropiarse una mayor porción de lo que uno produce?”, provocó Milei. Y agregó: “Si queremos luchar contra el hambre y erradicar la pobreza, la solución está en corrernos del medio. Debemos desregular la actividad económica para liberar el mercado y facilitar el comercio, y que el intercambio voluntario de bienes y servicios traiga prosperidad”.
Por la tarde, el Gobierno anunció que el Presidente suscribiría el documento final del foro internacional, con disidencias en todos los puntos emparentados con la Agenda 2030. Si bien hizo una declaración de principios, no pateó el tablero para no quedar aislado del mundo.