Néstor Pitrola, candidato a senador por el Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) en la provincia de Buenos Aires, reclamó la duplicación del salario mínimo y de las jubilaciones para empezar a hablar en serio de luchar contra la pobreza. “Lo demás es charlatanería”, le dijo a Diario Popular.
-¿Cómo ve la discusión de estos días por el salario mínimo?
- Hay que duplicar el salario mínimo y la jubilación mínima, para empezar a hablar de lucha contra la pobreza. Lo demás es charlatanería. La mitad de los trabajadores gana menos de $8500. Es decir, que no sólo está en la pobreza el desocupado o el subocupado, sino una parte enorme de la clase trabajadora argentina. Incluidos los docentes, que no pueden cerrar la paritaria.
-El gobierno dice que los recursos son limitados, y que si se dan mejoras por encima de las posibilidades ¿cómo se pagan?
-Pensamos al revés. Acá hay un círculo vicioso por el cual permanentemente atacan un costo laboral. Y el problema no es el llamado costo argentino. El costo argentino son los tarifazos, la importación de energía, las altas tasas de interés, la falta de logística, la falta de tecnificación e industrialización del país, el alto costo de los combustibles. Al revés, si recuperamos el poder adquisitivo del salario y las jubilaciones, movemos el mercado interno y la economía.
-¿Cómo evalúa que debiera ser el esfuerzo para que sea más equitativo?
-Hay que dar vuelta como una media al país. El ajuste se descarga sobre los de abajo y además está fracasando. Hay una política de endeudamiento brutal y de usura financiera que hace pesada la carga del estado. El gasto estatal es esencialmente parasitario: corrupción, altos precios garantizados a los grupos privados que explotan la energía, altas tasas de interés. Es decir, estamos sobrecargando al de abajo y beneficiando con políticas a los grandes grupos económicos, lo que no ha dado como resultado la famosa lluvia de inversiones. El capital financiero ha endeudado al país en estos dos años sumando a toda la deuda que ya había tomado Cristina. El endeudamiento empezó con el Club de París, con la indemnización a Repsol, con el reconocimiento a los juicios del Ciadi. Cristina inició este camino de hiperendeudamiento que ahora sigue Macri.
-Es rival de Cristina en la Provincia, donde la ex presidenta todavía conserva un nivel de adhesión importante, sobre todo en los sectores de bajos recursos. ¿Qué le dice a esos sectores para que lo voten a Ud.?
-Vamos a combatir la ilusión en Cristina, que ha hecho un planteo demagógico. Ella dice que hay que revisar la deuda que no revisó durante 12 años de gobierno. Ella dice que hay una enorme precarización laboral que fue parte de nuestra lucha. Cristina piensa articular su frente Unidad Ciudadana con las fracciones del peronismo, incluidos los gobernadores que han sido socios del ajuste de Macri, tanto en el parlamento como en sus gobernaciones. Y no es ella y el pueblo: en el medio están todas las listas de los intendentes del PJ que vienen de los tiempos de Menem, Duhalde y Scioli, que son el armado político de UC. Vamos a polemizar fuertemente con el “volveremos” porque creemos que no es una salida para los trabajadores contra el ajuste.
-¿Por qué la izquierda no termina de unirse para tener más fuerza en el Congreso?
- Hemos conseguido una lista del Frente de Izquierda evitando una disputa interior. Tenemos listas unificadas en 22 de las 24 provincias y en 100 distritos bonaerenses. Un desarrollo que la izquierda no tuvo jamás. Teniendo en cuenta que este Frente tiene 4 diputados nacionales y legisladores en una docena de provincias. Es decir, hemos constituidos ya un reagrupamiento de la izquierda argentina que incluso ha sumado algunos sectores para este frente como es Poder Popular que ha señalado una ruta de independencia política de los bloques de poder. Tenemos expectativas en Salta, Córdoba, Mendoza, en la Ciudad de Buenos Aires que pensamos entrar por primera vez con Marcelo Ramal y estamos atrás de 2 o 3 diputados en la PBA, cosa en la que coinciden muchos analistas totalmente ajenos a la izquierda.
-Se habla en estos últimos días de elevar la edad jubilatoria, ¿qué piensa de esa idea?
-Esto es así, lo confirmo, lo he escuchado personalmente a Basavilbaso de ANSES decir que su papá tiene 70 años y todavía trabaja. Obviamente no es albañil o chofer de colectivo, o motorman de trenes ni trabajador del frío o del tanino donde tenemos proyectos de jubilación adelantada. Esto está en el borrador del gobierno y de toda la clase empresaria. Ahí entra la extensión de la edad jubilatoria para darle oxígeno al Estado con los fondos de los jubilados.
-La famosa “columna vertebral” está crujiendo. ¿Está en discusión la hegemonía peronista en los gremios?
- La burocracia sindical peronista vive una profunda crisis. Se vio el 7 de marzo cuando, por primera vez, la cúpula de la CGT tuvo que salir en fuga ante el repudio de la propia base que ellos convocaron. Esa realidad está presente todos los días en el sindicalismo. Y creo que hoy han sido palabra prohibida en las listas. Este desprestigio del gremialismo peronista forma parte de una crisis general del peronismo. El FpV está en disolución: va como tal solamente en tres provincias. El peronismo integra 33 frentes diferentes en todo el país, con distintas siglas y distintos alineamientos. La burocracia sindical está en la primera fila del desprestigio peronista.
-Asistimos desde hace un tiempo a la exposición pública de graves hechos de corrupción en una escala y extensión como tal vez no se vio nunca antes en el país. ¿Podemos decir que Argentina es un país corrupto estructuralmente?
-Creo que la causa Odebrecht está mostrando que la corrupción está metida hasta la médula de toda la clase capitalista de América Latina, la Argentina incluida. Nosotros consideramos que la corrupción es sistémica, no es un hecho de individuos. Por eso abarca a grupos kirchneristas y a grupos macristas. Abarca a funcionarios de ambos gobiernos. La corrupción está metida en el sistema de la patria contratista que es todo un armado con la cámara de la Construcción: ahí está Odebrecht y todas las empresas argentinas asociadas a la corrupción de los Odebrecht. Además, la corrupción viene de las privatizaciones. Fueron corruptas con Menem y se ha prolongado. El Correo y el negociado de Macri con el canon y con la plata que le debe al Estado, son un botón de muestra de todo el mecanismo de privatización. Hay empresas que no se tocan porque acá tuvimos subsidios y ahora tarifazo para salir de los subsidios. Lo que nadie toca ni abre son las cuentas de los concesionarios privados de los servicios públicos incluidos en su momento los trenes que hicieron fortunas robándole al pueblo argentino.
-¿Cómo le suena que se haya comparado a Guillermo Moreno con Agustín Tosco, el histórico líder del Cordobazo?
- En los días del Cordobazo nuestra casa era el sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba. Allí llegué a conocer a Tosco. Creo que no hay nada más alejado de Tosco que Guillermo Moreno. Hice tuits diciendo cómo el militante papal antimafia va en la misma lista con el socio dilecto de Castillo de la Salada. Este país es demasiado generoso.