Mientras el gobierno finalmente participará del debate por la emergencia alimentaria que se llevará cabo hoy en Diputados, volvió a denunciar haber sufrido una "extorsión" por parte algunas organizaciones sociales, no alineadas al peronismo, que ayer realizaron un acampe frente al Ministerio de Desarrollo Social, y atribuyó esta "intransigencia" a un intento de visibilizarse para "marcar la cancha" ante el nuevo escenario político devenido de las PASO.
Pese a haberla descartado en un principio, con el correr de los días, el Ejecutivo fue cediendo y abrió la posibilidad que sea el Parlamento quien discuta un incremento en el financiamiento de comedores y merenderos. Ayer, tras participar por la mañana de un acto en Santa Fe, Mauricio Macri blanqueó que "si quieren cambiar o ampliar el proyecto (de emergencia social de 2016 para establecer la emergencia alimentaria), estamos disponibles".
En paralelo, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, debatía la estrategia legislativa del oficialismo en Casa Rosada y repasaba los números de cómo afectaría el proyecto la gestión del Ejecutivo del último trimestre del año junto al ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley. Se sumaron, además, los principales referentes del interbloque Cambiemos en el Congreso, como Mario Negri y Federico Pinedo, para delinear la postura frente al proyecto que la oposición buscará debatir en una sesión especial convocada para hoy a las 11.30.
La preocupación por el impacto fiscal de la iniciativa en lo que resta del mandato de Macri es relativa: en el oficialismo sostienen que vienen reasignando partidas tal como le permite la ley de emergencia social y han subido las provisiones de merenderos y comedores en casi un 50%. Por ello, remarcan que el costo fiscal de una nueva normativa lo deberá absorber mayormente la administración que conduzca los destinos del país desde el 10 de diciembre próximo.
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"Evitemos estar en las calles y generar situaciones que llamen a la violencia"
Lo cierto es que agrupaciones como Barrios de Pie y el Polo Obrero acamparon frente a Desarrollo Social, en 9 de julio y Belgrano, provocando algunas corridas por la tarde cuando la Policía impidió que cortaran el Metrobus. Hacia el mediodía otros grupos de manifestantes, vinculados a otras agrupaciones de izquierda, se concentraron en Plaza de Mayo para pedir más alimento y un aumento en los planes sociales.
"Los grupos que fueron a la plaza están más ordenados y se van a ir. Pero el Polo Obrero y (Humberto) Tumini (Libres del Sur) van a quedar solos en el acampe. Nos están extorsionando", explicó a este diario un funcionario muy cercano a Stanley.
En esa cartera informaron que se reunieron el último martes con dirigentes de esas organizaciones, pero como respuesta obtuvieron la siguiente frase: "Dame planes o acampo". Ante este escenario, se quebró el diálogo. "Les ofrecimos más alimentos y refuerzos en merenderos como a los otros grupos, le explicamos el aumento progresivo que van a tener los montos de los planes sociales. Pero estas dos organizaciones se están posicionado hacia dentro, ya que les fue mal en las elecciones y en la calle se mantienen vivos y quieren conseguir algo antes de cambie el gobierno", argumentó la calificada fuente consultada que reconoció que también "están dando un mensaje a lo que viene" ante un eventual cambio de signo en el Ejecutivo, dados los resultados en las primarias en las que Alberto Fernández superó por 16 puntos a Mauricio Macri.
Con todo, en el gobierno admiten que el salto inflacionario post PASO y las dificultades para mantener la gobernabilidad han vuelto a azuzar el conflicto social en las calles. Una funcionaria consultada, del área social, admitió que "en los comedores a los que vamos con ayuda también escuchamos 'no llegó a fin de mes'. Está difícil la situación, pero tampoco es la crisis del 2001".
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