La ex ministra de Seguridad de la Nación durante el gobierno de Mauricio Macri y actual presidenta del PRO y referente del ala más dura del macrismo, Patricia Bullrich, se sumó este martes a la polémica que generaron las declaraciones de Soledad Acuña, para adscribir a ellas de un modo muy particular: hablando de otra cosa.
Es cierto que la ministra porteña también había hablado de eso a lo que se refiere Bullrich en su "defensa", pero no era el foco de la discusión ni por lo que había recibido tantos repudios Soledad Acuña.
A través de sus cuentas en las redes sociales Bullrich se sumó al cúmulo de prejuicios que desplegó la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, quien en una charla con el diputado Fernando Iglesias (otro representante del pensamiento popular...) aseguró que quienes eligen ser docentes son “cada vez más grandes de edad, eligen la carrera docente como tercera o cuarta opción luego de haber fracasado en otras carreras” y, peor aún, dijo también que al pertenecer a niveles socioeconómicos bajos tienen menos para ofrecer en el aula “en términos de capital cultural”.
La defensa de Patricia Bullrich fue contundente. O confusa. O refiriéndose a otro prejuicio, más propio:
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