El consultor político Carlos Fara analiza los primeros días de gestión del Presidente Javier Milei. Destaca su pragmatismo y una menor presencia mediática.
La primera característica de estos primeros días de la gestión presidencial de Javier Milei es que más allá de la decisión del ajuste, que es lo que se veía venir, sigue ordenando pragmáticamente. La carta a Xi Jinping para renovar el swap de monedas con China pesar haber dicho que “no quería tener vínculos con países comunistas”; la posibilidad de que no sea una ley ómnibus sino tres paquetes de leyes para la reforma estructural que se propone, porque eso facilitaría el trámite parlamentario; las negociaciones en el Senado para elegir autoridades; la necesidad de aumentar las retenciones para alcanzar el equilibrio fiscal, son la expresión de ese pragmatismo.
Esa es la primera característica que lo viene definiendo. Obviamente las medidas iban a ser antipáticas, pero desde el punto de vista político no habría mucha crítica para hacerle en términos estratégicos.
El segundo punto es que ha sido muy cuidadoso con la comunicación, dosificando al máximo sus apariciones. Ese bajo perfil determinó que apareciera muy brevemente en la celebración del martes de Janucá y este viernes con un video vivo en Instagram.
Pero no es el presidente omnipresente, hiperactivo que se esperaba. Tampoco anunció personalmente ninguna de las medidas que se tomaron. Es el presidente que está más para la conexión simbólica, de satisfacción simbólica con su público, más que el presidente en términos clásicos del estadista que baja líneas y se pone al frente.
Hasta aquí se advierte otro tipo de liderazgo y en eso me parece que probablemente sea una marca. Teniendo en cuenta que no es un político tradicional, y probablemente nunca lo sea, sino que es un personaje que se va a cuidar en sus apariciones públicas para evitar el desgaste (sobre todo teniendo en cuenta el nivel de crisis que hay, que puede ser una picadora de carne), buscará que el costo lo paguen los ministros.
Esto tiene lógica y además genera expectativa: el presidente está para decir determinado tipo de cosas, no para aparecer todo el tiempo por cualquier tema.
Lo tercero es que esa lógica de pragmatismo está en todo tipo de negociaciones. Negociación con los gobernadores peronistas para ver qué mutua conveniencia hay en función del paquete de leyes; hay diálogo con los sindicalistas, con los movimientos sociales.
En definitiva, hay diálogo para garantizar que las fiestas sigan en paz aunque pueda aparecer algún hecho aislado que la perturbe. Es decir, no veo al personaje dogmático que se perfiló durante la campaña. Por el contrario, hay uno que comunica, habilita los puentes necesarios y al que no le conviene que la situación se vaya de madre. Y en esto reside el test sobre su liderazgo que expone en estos días: Él no necesita más problemas de los que tiene. Y ahí hay astucia.
Con respecto al resto del espectro político, sindical, empresarial, parece que recién se está acomodando, que está viendo de qué se trata el personaje en la realidad. Milei necesita pasar una primera fecha: Las Fiestas.
Pasar las fiestas tranquilos es un detalle importante teniendo en cuenta la disparada de precios y todo lo demás. Atravesarlas sin convulsión, más allá de hechos aislados, que lo obliguen a tener que demostrar que pueden reprimir. Más allá de esas cosas más folclóricas, litúrgicas, de los movimientos sociales, izquierdas, etc., parece que el resto de la sociedad lo va a esperar concediéndole cierto crédito. La sociedad tampoco tiene ganas de que haya lío.
En este sentido, no habría que tomarse muy a pecho las declaraciones críticas. Son declaraciones y punto, no más que eso. La política se está tratando de acomodar, viendo qué onda, como dicen los chicos.
Es cierto: el personaje es inexperto, no tiene experiencia de conducción política, no tiene experiencia de gestión estatal, hay improvisaciones, sin lugar a dudas, pero tampoco habría que cargar demasiado las tintas en ese punto.
Teniendo en cuenta la crisis que atravesamos y cómo la sociedad percibe esa cuestión, démosle tiempo a ver qué pasa