En un estudio, 39 expertos locales e internacionales han aportado sus proyecciones sobre cómo se comportará el dólar hasta fin de año.
El reciente Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) difundido por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ofrece un panorama renovado sobre el comportamiento del dólar oficial durante 2025.
En el estudio, 39 expertos locales e internacionales aportaron sus proyecciones, revelando un incremento inicial en las cotizaciones, aunque se observa un leve ajuste descendente para el mes de diciembre.
Según los datos difundidos, la cotización promedio del dólar mayorista alcanzaría los $1.069 en marzo, lo que representó un ajuste de $3,1 respecto a la encuesta anterior. En los meses siguientes, el tipo de cambio continuaría con aumentos graduales hasta llegar a $1.124 en agosto. De confirmarse este escenario, el Gobierno mantendría el esquema de crawling peg del 1% mensual al menos hasta mediados de año.
Para diciembre, la estimación del REM ubicó el dólar en $1.175, lo que implicó una suba del 18,1% interanual, por debajo del porcentaje esperado para la inflación anual de 23,3%. Asimismo, el pronóstico para los próximos 12 meses situó el dólar en $1.287 en febrero de 2026, con una aceleración en el primer bimestre de ese año, en un contexto en el que el Gobierno prevé la eliminación del cepo cambiario.
El relevamiento refleja un ajuste a la alza en las proyecciones con respecto a encuestas anteriores, especialmente en el período comprendido entre marzo y julio. Los analistas reafirman la hipótesis de un ajuste controlado, anticipando que la tendencia ascendente del dólar continuará dentro de un marco que modera la depreciación del peso.
Un aspecto relevante es la brecha entre las proyecciones de inflación y las variaciones esperadas del dólar. Los expertos estiman que el Índice de Precios al Consumidor cerrará el año con un alza del 23,3%, mientras que el dólar oficial se ajustará un 18,1%, lo que podría traducirse en una apreciación real del peso al mitigar su devaluación.
Bajo la gestión de Javier Milei, el Gobierno ha insistido en que la política cambiaria debe alinearse con una estrategia orientada a reducir la inflación sin acelerar la depreciación del peso. Este enfoque se mantiene a pesar de la diferencia existente entre el alza inflacionaria y la variación proyectada del dólar, lo cual refuerza la estabilidad relativa en el mediano plazo.
Cabe destacar que el relevamiento no se limita a pronosticar el tipo de cambio, sino que también aborda el crecimiento económico y el desempleo. Se estima que el Producto Bruto Interno crecerá un 4,8% en 2025, con un avance trimestral del 1% en la primera mitad, mientras la tasa de desocupación se sitúa en 7% para 2024 y 6,8% para 2025.