El Presidente habló poco sobre el recorte a los jubilados y minimizó el efecto de las protestas mientras se debatía el proyecto en Diputados. En su entorno no creen que se trate de una medida "impopular"

Con escasa autocrítica sobre el recorte a los jubilados -sólo habló de “reformas que generan incomodidad”-, el presidente Mauricio Macri expresó su “respeto” hacia la muchedumbre que anoche salió a batir sus cacerolas en rechazo de reforma previsional pero les pidió que “no se cierren totalmente” a creer que estas iniciativas podrían funcionar.

Rodeado de la vicepresidenta Gabriela Michetti, varios ministros y parte del equipo de comunicación de Jefatura de Gabinete, el presidente dio un mensaje al país en el Salón Blanco de la Casa Rosada y luego dejó algunas definiciones en una conferencia de prensa.

Al intentar explicar los motivos de estas enmiendas, que forman parte de los “consensos básicos” que lanzó luego de las elecciones del 22 de octubre, Macri sostuvo: “Con el apoyo que tuvimos en las elecciones, podría haber descansado en lo que decían luego las encuestas. Pero no, estoy acá para lo que no me es cómodo a mí, por más que haya noches que me cuesta dormir por la magnitud de los cambios que tengo que hacer. Pero los tengo que hacer; si no, no hay futuro”.

En un momento, se le consultó por qué no apuraban los gestos de austeridad al reclamar una iniciativa que reduce los ingresos que van a tener los jubilados si se los compara con la actual fórmula de cálculo. Contestó: “Les pedimos a las legislaturas y los Concejos Deliberantes que hagan un gesto para bajar el costo de la política. Nosotros vamos a dar el ejemplo bajando el 20% de los gastos de los cargos nacionales”. El tema es que el nuevo organigrama de la alta administración pública recién estaría vigente para febrero próximo.

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Recién al finalizar la rueda de prensa, Macri fue consultado por los masivos cacerolazos que se registraron en Buenos Aires, Conurbano, Córdoba, La Plata y otras ciudades en rechazo a los cambios previsionales. “Respeto que haya gente que piense que las reformas que estamos haciendo no son buenas. Sería inusual que hubiera unanimidad ante reformas tan profundas como las que estamos planteando. Pero lo que les pido es que no duden por un instante de la intencionalidad, porque siento que esto los va a ayudar”, enfatizó.

En este sentido, el jefe de Estado consideró que “solamente manifiesten su protesta, su desacuerdo, pero que se dejen una ranura para creer que esto sí funciona. Es importante que no se cierren totalmente a estas reformas que nos van a permitir crecer por 20 años”.

Por otro lado, adelantó que esta tarde firmará el decreto simple que ordena el pago del empalme en marzo con el haber que contendrá el nuevo aumento trimestral.

“Lo de la noche fue lo más fácil”, se sinceró un ministro a la salida de la conferencia de prensa y cuando fue consultado si temía un desborde por las masivas protestas en distintos puntos de la Ciudad y el GBA.

En tanto, una calificada fuente consultada dijo que Macri no habló sobre el tema durante la reunión de Gabinete que realizó bien temprano en el Salón Eva Perón. “La gente tiene derecho a protestar”, indicó y no se hizo cargo cuando se le consultó que los manifestantes protestaban por una medida a todas luces impopular: “No sé si impopular. No comparto que porque protestaban en Olivos y Núñez sean sólo nuestros votantes. Si en la Ciudad ganamos en todos los barrios”, graficó.

Otro funcionario, que participó del diálogo matinal del gabinete, reflexionó que ‘no sorprendió el cacerolazo porque todos tienen derecho a protestar. Incluso es una forma más práctica que utilizar la violencia para manifestar la crítica a un proyecto’. Por último, ensayó una definición que pinta de cuerpo entero la estrategia de prueba y error que muchas veces se adjudica al oficialismo: ‘No debería ser algo de vida o muerte el rechazo a una ley como se vio ayer y el jueves. Las leyes si no funcionan se pueden cambiar. En otros países ya se está midiendo el impacto de determinadas normas para así lograr que tengan un mejor resultado’. De acuerdo a lo que se pudo averiguar, durante la reunión de gabinete Macri bromeó con el secretario de Comunicación, Jorge Grecco, al ‘responsabilizarlo’ en forma jocosa por lo que algunos analistas señalaron no haber comunicado bien las implicancias del cambio previsional. Además, el jefe de Estado realizó un balance sobre la batalla legislativa que implicó la sanción de la normativa.

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