El encuentro se llevará a cabo en la Casa Rosada el próximo
3 de octubre, tal como fue acordado entre ambos jefes de Estado durante una breve reunión que mantuvieron en la previa de la Cumbre del G-20 que se celebro este mes en la ciudad china de Hangzhou.
Se tratará del primer viaje que hará Temer para visitar a un jefe de Estado, ya que anteriormente sólo había salido del país para participar del G-20 y de la reunión número 71 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la ciudad estadounidense de Nueva York.
Además de mostrar un respaldo a la legitimidad del cargo que ocupa el brasileño tras la destitución de Dilma Rousseff, la reunión bilateral servirá tanto para
analizar la actualidad del vínculo político y comercial entre ambos países y también para avanzar en una revisión del Mercosur.
La caída de la economía brasileña afectó las exportaciones de la Argentina, ya que se trata del tercer socio comercial de Brasil a nivel mundial y el primero en América Latina.
El líder del PRO y la canciller, Susana Malcorra, resaltaron en más de una oportunidad que cualquier cambio en la situación económica del vecino país afectaba a la economía local de manera directa.
"Si Brasil estornuda, la Argentina tiene neumonía", graficó la ministra de Relaciones Exteriores y Culto hace algunos meses, cuando todavía no se había concretado la destitución de la referente del Partido de los Trabajadores (PT).
El Mercosur será otro de los puntos importantes que pondrán sobre la mesa Macri y Temer, ya que coinciden en que el actual desempeño de la alianza comercial no beneficia a ninguno de los estados miembro.
Respecto al Mercado Común del Sur, ambos mandatarios también insistirán en la necesidad de lograr un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE), lo que consideran vital para mejorar los rendimientos de la economía de la región. Temer, por su parte, buscará también fortalecer la relación con uno de los mandatarios de la región que lo respalda, al igual que el de Paraguay, Horacio Cartes.
Su llegada al poder tras la destitución de la referente del Partido de los Trabajadores Dilma Rousseff le valió la desaprobación de varios países.