Luego de que la AFIP realizó ayer un decomiso récord de granos de más de 8.100 toneladas de maíz, la subdirectora general de Servicios al Contribuyente de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Patricia Vaca Narvaja, consideró hoy que esas medidas como son un ejemplo de "investigaciones de lucha contra la evasión de sectores que son poderosos económicamente".
"Se está avanzando en este tipo de investigaciones de lucha contra la evasión de sectores que son fuertemente poderosos económicamente y eso también los motiva a que se pongan nerviosos", señaló la funcionaria en diálogo con El Destape Radio.
La AFIP anunció ayer el mayor decomiso de granos en la historia del organismo, con el secuestro, por parte de la Dirección General Impositiva (DGI), de más de 8.100 toneladas de maíz que se encontraban almacenadas en distintos depósitos del puerto bonaerense de Campana.
Además, el organismo que conduce Mercedes Marcó del Pont incautó otras 502 toneladas de soja en un depósito fiscal en Rosario, tras detectar irregularidades en la documentación respaldatoria de la mercadería que pretendía ser exportada a Paraguay en camiones con patente y choferes del país vecino.
La AFIP estima que el valor del maíz decomisado supera los $ 160 millones y que la evasión iba a ser de más de $ 65 millones.
Según indicó Vaca Narvaja, existen estimaciones que indican que cerca de un "20 a un 30% del total de granos que se comercializan y se exportan" incurren en prácticas de evasión fiscal.
Frente a esta problemática, la funcionaria indica que "se han creado nuevos instrumentos para hacer un mejor control de este tipo de comercializaciones" a través de, por ejemplo, "la trazabilidad del origen y destino final de todos estos granos".
"Esto va a contribuir muchísimo a evitar este tipo de prácticas de evasión impositiva de estos sectores", agregó.
La investigación para realizar ese decomiso comenzó tres meses atrás cuando una de las áreas operativas especializadas en la fiscalización de la cosecha de granos detectó indicios de una operación fraudulenta. La primera medida que tomó la DGI-AFIP fue la interdicción de los granos para investigar el origen de las 8.100 toneladas de maíz.
La fiscalización fue sobre inconsistencias en el origen del maíz, y por ese motivo, las áreas operativas solicitaron información sobre los productores que enviaron el maíz al exportador de manera directa a Campana. La pesquisa permitió detectar que los productores que carecían de cualquier tipo de capacidad operativa.
También se identificaron productores que habían sido inscriptos recientemente en los registros, que no podían justificar el cereal de la campaña comercializada. Asimismo, se constató la adulteración en algunas de cartas de porte utilizadas, que son la documentación obligatoria para transportar granos dentro del país, y que al momento del operativo eran en formato papel.