Intentaron llevarse el dinero de los sueldos, pero no estaba allí. Se llevaron el arma de un policía y el celular de un trabajador.

En medio de un nuevo episodio de inseguridad perpetrado por un grupo comando en Quilmes, al menos cinco delincuentes ingresaron a un reconocido frigorífico, redujeron a un oficial de la Policía Bonaerense y a los empleados e intentaron llevarse el dinero de los sueldos, aunque tenían mal el dato y no estaba allí, en tanto que se marcharon con un celular y el arma del agente.

Se trata de un hecho lamentable, que por fortuna no terminó con heridos ni con pérdidas económicas de consideración. Los malvivientes actuaron con total impunidad, llegaron en dos vehículos y se fugaron de la escena en pocos segundos. Lo cierto es que aún no aparecieron y son intensamente buscados, mientras que otros policías defendieron al uniformado encargado de custodiar el lugar y sostuvieron que “si estaba trabajando allí en sus horas de descanso, es porque los sueldos son una miseria”.

Todo comenzó en el frigorífico El Federal, situado en la intersección de la avenida Santa Fe, que es la continuación de Rodolfo López, y calle 895 en Quilmes Oeste, cuando un grupo de cinco ladrones llegaron en un Renault Symbol color gris y en otro rodado que no lograron identificar. Actuaron a cara descubierta y portaban armas cortas. No golpearon a nadie y se mantuvieron tranquilos durante el robo.

Lo primero que hicieron, fue inmovilizar a un agente de la Bonaerense que estaba de espaldas a la puerta y usando su teléfono celular. No los escuchó y, cuando se quiso dar cuenta, los hampones le habían quitado su revólver, su móvil y lo dejaron tirado en el piso. La secuencia quedó registrada en las cámaras de vigilancia y se puede notar que tenían experiencia en el delito y que, en su mayoría, no eran jóvenes.

Tras ello, redujeron a los empleados, a otro personal de seguridad privada que no estaba armado, y se dirigieron a buscar dinero en efectivo. Según explicaron testigos del ilícito, buscaban la plata de los sueldos, aunque la misma no estaba allí. Es por dicho motivo que sin ir más lejos, se marcharon con un teléfono de uno de los trabajadores y con la pistola del efectivo policial en ambos autos y desaparecieron del mapa.

Finalizado el intento de asalto, las víctimas llamaron al 911 y personal de la Científica tomó las pericias necesarias. El caso quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) número 7 del Departamento Judicial de Quilmes, que investigaba cómo sabían los malvivientes que allí iba a estar el dinero que fueron a buscar y, por sobre todas las cosas, intentan dar urgente con el paradero de estos.

Cabe destacar que la repercusión fue inmediata y colegas del primer uniformado reducido indicaron que muchas cosas estuvieron mal durante el ilícito y que este, al ser abordado, actuó de manera correcta ya que no opuso resistencia, algo que podría haber derivado en una masacre.

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