La sentencia recayó sobre Ramón Estigarribia, conocido como "El Paya Moncho". Una de las víctimas señaló que cuando contó lo ocurrido nadie le creyó porque el agresor era una personalidad reconocida.
Luego de varios años de investigación y denuncias, la Justica condenó a 13 años de prisión a un sujeto que se disfrazaba de payaso y organizaba encuentros solidarios para abusar sexualmente de niños, en tanto que comprobaron al menos tres casos concretados y no descartan un número mayor de víctimas, mientras que uno de los damnificados indicó que cuando contó lo sucedido nadie le había creído por tratarse el agresor de una personalidad reconocida en el ambiente.
El ahora condenado, llamado Ramón Estigarribia, era conocido como “El Paya Moncho” y realizaba cruzadas solidarias, colectas, recibía donaciones y estaba en contacto constante con organizaciones que luchaban por el bienestar de los menores de edad. Sin embargo, este aprovechaba esos momentos y cometía los aberrantes vejámenes que marcaron de por vida a varios chicos y chicas, que estuvieron presentes en la cita judicial y brindaron su testimonio.
El sujeto, que se vestía de payaso, tenía buena repercusión y gran popularidad en sus redes sociales, ya que siempre conseguía mensajes de personalidades destacadas del deporte, la música y otros ámbitos para apoyar las movidas. Pero un jovencito que era cercano a este por cuestiones familiares y que había compartido mucho tiempo durante su infancia bajo un ambiente de total confianza, cumplió 18 años y decidió denunciar algo que sacudió los cimientos.
Según explicó, ya había querido contar que Estigarribia era en realidad era pedófilo, pero nadie le había creído. Lo cierto es que al adquirir la mayoría de edad, se acercó a una seccional policial y una mujer que brindaba asistencia a víctimas de abusos lo escuchó. Este brindó su testimonio, dijo que el agresor lo llevaba a una pieza, le ponía dibujos animados en la televisión, lo recostaba y después manoseaba todo su cuerpo, hasta incluso mostrar sus partes íntimas.
“Me siento angustiado y apenado por los chicos, las víctimas que a lo largo del tiempo hubo, por momentos me siento un poco culpable porque en ese momento si yo hablaba, no iba a pasar, no iba a haber tantos abusos con tantas víctimas”, indicó. Además, explicó que al momento de hacer la denuncia, otro niño ya había realizado lo propio, motivo por el cual las autoridades estaban trabajando al respecto.
Es importante resaltar que los vejámenes se cometieron en una vivienda de Ezpeleta, donde este se llevaba a los menores con la excusa de organizar las colectas que luego eran envíadas a distintas provincias o a barrios de emergencia de Buenos Aires.
Así las cosas, tras una larga investigación y al menos tres pequeños abusados confirmados, sabiendo que pueden ser aún más, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número 5 del Departamento Judicial de Quilmes condenó a 13 años de reclusión a Ramón Estigarribia. La fiscal del caso, Mariel Calviño, había solicitado la pena de 20 años, pero la misma fue denegada por los magistrados correspondientes.
El abusador le pedía a sus víctimas que por favor no hablaran de lo que sucedía y pasaron muchísimos años hasta salir la verdad a la luz.