Las chicas vienen de perder con Unión Florida y ahora toca el club entrerriano, en pleno gimnasio Antonio Rotili, por la Liga Nacional.
Luego del duro tropezón a manos de Unión Florida, Lanús volverá a aparecer en escena en pleno gimnasio Antonio Rotili. Será por una nueva fecha de la temporada en la Liga Nacional de basquet en la rama femenina, y el rival de turno será Rocamora, que transita, similar al Granate, una campaña con altibajos, aunque espera mostrar su jerarquía en el campo.
El combinado de la región, por lo pronto, espera por una satisfacción en su campo después de sufrir la jerarquía de un adversario que no tuvo contemplaciones y le ganó 72 a 58, muy lejos de lo expuesto unos días antes, cuando se venció en esa misma cancha a Náutico Avellaneda, en lo que fue el primero y hasta ahora único halago en la competencia vigente.
¿Qué ocurrió en el choque reciente? Sólida, contundente y firme fue la visita. Es que subyugó al contrincante desde la apertura del telón, sin contemplaciones. Así, el equipo que comanda Nicolás Groso engordó su registro a 5-2 para marchar en el tercer puesto, mientas que el dueño de casa quedó con una marca 1-7.
Dentro de un aporte productivo de todas la jugadoras, los de zona norte disfrutaron de una tarea integral muy interesante de Florencia Martínez con 10 puntos, 6 asistencias, 5 rebotes, además del desequilibrio mayúsculo de Carla Miculka 16 unidades y 9 recobres. Por su parte, en las locales se destacó Berinice López con 17 tantos, algo habitual en la plantilla, aunque no alcanza para festejar.
El juego comenzó con un ritmo interesante, dado que ambos equipos procuraron construir sus avances con prolijidad y movilidad, aunque Lanús padeció de mala puntería con 0/7 de campo, que aprovechó Unión Florida para escaparse 8-1. Miculka dominó la pintura con 8 puntos para que su escuadra cerrara el cuarto en ventaja 21-11.
En el segundo acto, la visita profundizó su control del ritmo y estampó un pasaje de 17-3 para escaparse 38-14, a falta de 3,40 minutos. El dueño de casa buscó reaccionar pero no pudo y se fue al vestuario en baja, sabiendo que el panorama se torna casi imposible de modificar.
Tras las charlas en el descanso mayor, el Grana salió a entregarse en la energía, lo que se tradujo en una optimización de su funcionamiento, motorizado en las acciones de López (9). De ese modo, el trámite se tornó más parejo, aunque el visitante mantuvo el liderazgo del tanteador pero con una brecha de 57-41, algo más escueto.
En el último episodio aparecieron las fricciones, con marcajes picantes y mucha actitud de ambos equipos. Lanús prosiguió con una levantada en su andar y llegó a achicar 68-56. Sin embargo no logró discutir verdaderamente el tanteador.