El Negro, referente del plantel del Albirrojo, disfruta del objetivo cumplido y ya palpita lo que será el 2025, siendo elemento trascendental en el equipo.
En Remedios de Escalada todavía disfrutan del objetivo cumplido con la permanencia en la Primera Nacional, y quien lo deja marcado a fuego con sus palabras es Fernando Enrique, el referente del plantel, que indicó que está "contento con el resultado" al superar a Atlético Rafaela en el repechaje, pero resaltó su "orgullo por el grupo, que dejó todo en cada partido".
"La sensación es similar al ascenso", sentenció el Negro, satisfecho con ese 2 a 1 en Junín, en plena cancha de Sarmiento, que posibilitó que el Albirrojo permanezca al menos un año más en la divisional.
A la hora de analizar la performance general del equipo, el exponente afirmó: "Para mí no tendríamos que haber llegado a esta instancia por cómo fue el campeonato. Nosotros habíamos dejado todo a lo largo del torneo. La verdad que nadie nos superó, ningún rival fue más, pero a veces la pelota pega en el palo y sale, y nos tocó esto, pero salimos adelante".
Ya con la mira en el compromiso en sí con la Crema, el volante explicó lo siguiente: "Teníamos que darlo todo, más allá del resultado, porque después te queda clavada una espina. Luego sólo está el arrepentimiento, y hay que vivir con eso. Pero confiábamos en nosotros, en el grupo completo, y si hacíamos medianamente las cosas bien podíamos llegar al objetivo".
Y añadió, en declaraciones al portal Info al Sur: "Habíamos estudiado al rival, y entendíamos cómo salirle de contra, jugarle rápido a los costados, donde le cuesta. Y se nos dio".
Por lo pronto, ya superado el trance, y feliz por la meta sentenciada, Enrique hizo un balance integral y específico por qué el Albirrojo no debía volver a la B Metropolitana. "El futbolista tiene momentos. No es fácil el día a día, el partido a partido. Nosotros nos queríamos salvar antes y eso te juega muchas veces una mala pasada. De hecho hubo lesiones en este tiempo que nos complicaron, pero ahí es donde salió el grupo, sacó el pecho y llegamos a donde queríamos", resaltó.
En tanto, el hombre de 39 años no se olvidó de una pieza fundamental en la campaña, más allá que ya no está en el seno del plantel. Se trata de Martín Rolón, el ex DT, con quien se había logrado el ascenso en el torneo pasado y ahora estuvo hasta mediados de la competencia, habiendo obtenido grandes tanteadores, como la labor en Copa Argentina, al arribar hasta los cuartos de final.
"La salida fue una decisión de él. Consideró lo mejor para Talleres, y creyó que había que irse. En lo personal, sinceramente, yo creía que tenía que seguir, pero él tenía sus motivos, y resaltó que iba a venir bien un cambio de aire", señaló, ponderando el vínculo con el conductor, más allá de ponderar al actual, Mario Gómez.
Y por eso también puntualizó en lo que palpitaron en la final en Junín. "Ellos, tanto él como su cuerpo técnico, estuvieron hasta 5 minutos antes del partido llamándonos porque sentían que si a nosotros nos tocaba descender ellos también estaban involucrados. Después nosotros les hicimos saber que nos quedamos en la categoría y ellos tenían mucho que ver", valoró.
Por lo pronto, cumplido el objetivo, lo que sigue es una incógnita. Y el Negro responde: "Me encantaría estar un año más. Voy despacito, pensando primero en 2025 y me gustaría seguir acá. Me siento bien y el día que no pueda voy a ser el primero en decir 'hasta acá llegué'. Hoy no me pasa eso, siento que puedo dar algo más, y me encantaría que sea acá".
Y así es como recordó viejas épocas. "Siento un cariño muy grande por el club. Yo tuve la posibilidad de jugar en la temporada 2007-2008. Por caso, camino a Junín ahora hablaba con Juan Alonso -actual kinesiólogo y en aquel momento jugador en el mismo equipo-, y nos acordábamos de cómo fue cambiando el club para bien, porque nosotros habíamos ido a jugar en la B Metro contra Sarmiento y viajamos el mismo día, llegamos, tomamos algo, y jugamos a la noche. A la distancia veo todas las cosas que pasaron", indicó, feliz de esta alegría pero sin olvidar todo el viaje recorrido en su trayectoria.
Por caso, resalta de que su actual ciclo comenzó en 2021, después de un año sin jugar y prácticamente retirado de la actividad profesional. "Siempre agradecido a Fito Della Picca por darme la chance de jugar. Yo sentía que estaba para seguir jugando pero la pandemia me dejó parado y después me acomodé bien, estaba para seguir", afirmó.
Pero llegó el ascenso el año pasado. "Eso para nosotros fue especial porque el club no tenía una alegría de esas hace mucho tiempo, 28 años. La mayoría de los que jugamos en Junín estuvo en ese partido y hoy se disfruta al máximo", aclaró.
La referencia es para la victoria sobre San Miguel, hace un año, que hizo que el Tallarín arribe a la categoría que hoy mantiene gracias a otra satisfacción. "Fue un año peleado para lograr el ascenso y en un año volver a descender iba a ser muy difícil para cada uno de nosotros", aclaró el volante.
Por último, Enrique resaltó la importancia de la familia, pilar elemental para sostenerlo en el tramo final de su carrera: "Son mi motor. Ellos son los primeros que quieren que siga. Me lo hacen saber todo el tiempo. Están muy felices de poder compartir conmigo, de ir a la cancha. Talleres los hace sentir como una familia, porque ya los conocen, se sienten a gusto".
"El agradecimiento por todo esto es principalmente a ellos, a mis viejos y a mis compañeros que lo dejaron todo durante el año", puntualizó. "Todo es para la gente, porque quedó demostrado, con todo los que fueron a Junín, cómo nos alentaron, el sacrificio que hicieron un miércoles a las 5 de la tarde, en un momento difícil, para dejar todo para alentarnos a nosotros. Nosotros, mínimo, teníamos que tirarnos de cabeza y así fue", cerró.