Ezequiel Isaías Caballero, alias Poki, apuntó contra otros imputados y dijo que fueron ellos quienes realizaron movimientos fraudulentos en cuentas bancarias, sin su conocimiento.
En medio de la investigación que acusa a un influencer de Berazategui como presunto líder de una organización que realizó una millonaria estafa piramidal a cientos de vecinos, el sindicado brindó su testimonio y se declaró inocente, en tanto que apuntó contra los otros imputados y dijo que ellos realizaron movimientos fraudulentos en cuentas bancarias pero que él nunca estuvo al tanto ni tampoco lo aprobó.
Se trata de Ezequiel Isaías Caballero, alias Poki, quien estuvo prófugo de la Justicia y se salvó de que los perjudicados lo lincharan en su vivienda. Gracias al trabajo de la Fiscalía número 1 del Departamento Judicial de Quilmes, se fueron conociendo detalles acerca del modus operandi de los estafadores, muy similar al que llevan a cabo los más temidos criminales cibernéticos. En sintonía, esperan esclarecer cuanto antes el panorama para poder empezar a sancionar a quienes lo merecen.
Todo comenzó cuando hace algunos meses, cuando el principal acusado sacó un video en redes sociales tras desaparecer unos días y no brindarle respuestas a sus “socios”, que en realidad eran vecinos varelenses, quilmeños y berazateguenses que habían depositado su confianza en él. Poki, como le dicen sus amigos, había prometido multiplicar en grandes cantidades el dinero que estos le daban, pero no pudo cumplir con el plazo y eligió borrarse del mapa.
Primero los afectados lo fueron a buscar a su casa, en un country de Berazategui, y después la Justicia ordenó su captura. Estuvo prófugo algunos días y finalmente lo atraparon. Lo cierto es que en las últimas horas brindó su declaratoria y se quiso limpiar las manos de todos los cargos. De hecho, apuntó contra los otros imputados por la misma causa, y dijo que realizaron movimientos bancarios ilícitos sin su permiso.
Los investigadores están en la última etapa de comprobar si compraban los datos a terceros, abrían billeteras virtuales y allí hacían circular el capital ajeno. A quienes brindaban y vendían su información, les daban una retribución económica. Se calcula que llegaron a mover más de 200 millones de pesos, pero, según Caballero, esto nunca lo supo.
Cabe destacar que este tipo de estafas son muy frecuentes y, para aquellos que necesitan plata rápido o no saben en qué invertir, los estafadores se venden como “salvadores”, ya que en teoría pueden duplicarle el dinero en pocos días. Lamentablemente, los ciudadanos afectados no cobraron lo prometido y decidieron denunciarlo en la Justicia.
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