La Selección Argentina, con presencia de atletas de la región, no pudo con el anfitrión y tropezó en el juego decisivo, aunque concretó la meta de acceder al Mundial del próximo año.
La Selección Argentina, con las quilmeñas Helena Molina y Sofía Gull y la varelense Rosario Urban en el plantel, se quedó con la medalla de plata en el Centro Sur de handball que se desarrolló en Brasil al perder en la final con el local, aunque con el objetivo principal sellado, dado que clasificó al Mundial del próximo año entre Alemania y Países Bajos.
Se trató del primer certamen con Mariano Muñoz como entrenador del equipo y la labor fue superlativa, sosteniendo un rendimiento ejemplar durante todo el itinerario, más allá de la caída en el compromiso por la gloria, que quedó en manos de las dueñas de casa al ganar por un contundente 31 a 22.
En ese sentido, la dinámica de la disciplina en el continente sigue la misma tónica de los últimos años, con un Verde y Amarillo que es potencia internacional pero con las chicas albicelestes, un escalón más abajo, siendo más regulares que los demás adversarios.
Quien se erigió como figura durante la final para las visitantes, pero que fue una constante a lo largo de la campaña es Malena Cavo, referente que quedó como pilar a sabiendas de la lesión de Elke Karsten, la quilmeña que sufrió una lesión hace pocas semanas con su club, el Bera Bera de España, y por eso se perdió la grilla.
En cuanto al resto de las baluartes de la zona, se evidenció, además del regreso óptimo de Urban -tres tantos contra Brasil-, de los debut de dos piezas con mucha proyección, Gull y Molina, que dieron sus primeros pasos en la plana mayor, teniendo esta última una anotación en el cotejo final.
¿Cómo fue el desempeño nacional? Argentina debutó con una notable goleada por 45 a 9 sobre El Salvador, en tanto que después despachó a Uruguay por 32 a 18. A su vez, en el tercer capítulo se venció 30 a 23 a Chile, en un trámite parejo por momentos, pero que las damas supieron resolver, y en el cuarto se dejó en el camino a Paraguay por 36 a 26.
Todo ese tendal de halagos cambió cuando se enfrentó a Brasil, la potencia anfitriona, que no dejó lugar a dudas, aunque la Garra sabe que cuenta con argumentos como para ir al Mundial y perfilarse para grandes objetivos.