Los familiares de Rosa Isabel Seminara, de 95 años, se encontraron con el peor escenario al ingresar a su casa: ella muerta y todo revuelto y con la ausencia de elementos de valor. Convocaron a la policía que encontró un papel escrito por los delincuentes y la autopsia practicada al cuerpo de la mujer comprobó que no la asesinaron.
Investigadores judiciales se toparon con una particular escena al hallar a una mujer de 95 años sin vida en una vivienda de Quilmes Oeste, con el cuerpo parcialmente quemado y cubierto de sangre, en tanto que delincuentes que ingresaron al lugar dejaron una nota en la cual indicaron que “nosotros solamente robamos. La mujer estaba muerta y había mucho olor a gas”, hipótesis que fue confirmada por las autoridades tras la autopsia.
Se trata de un caso muy particular en el cual una jubilada falleció y, en los días posteriores, malvivientes se metieron en su casa. En sintonía, se generó una gran confusión y estos temieron que les atribuyan dicho hecho. Sin embargo, a pesar de ello, no tuvieron mayores problemas morales para cometer el ilícito y dieron vuelta la propiedad para llevarse las pertenencias de valor. Es por eso que los vecinos piden mayores medidas de seguridad, mientras esperan más avances de la investigación.
Ocurrió en una finca situada en la intersección de la calle Andrade y la avenida Calchaquí, del lado Oeste quilmeño, cuando familiares de la damnificada, identificada como Rosa Isabel Seminara, se encontraron con el triste escenario. La anciana estaba tirada en la cocina fallecida, con algunas partes del cuerpo quemado, manchas de sangre sobre ella y un papel con una inscripción al costado. De inmediato llamaron al 911 y agentes policiales se apersonaron, junto a sus pares de la Científica.
Así las cosas, dieron cuenta que la puerta del ingreso estaba forzada y el interior de la vivienda tenía todo revuelto, además de que faltaban diversos objetos de valor. En primera instancia pensaron que había sido un brutal crimen, aunque los propios malhechores se encargaron de asegurar que lo que parecía un homicidio, en realidad era una confusión y que ellos no tenían la culpa.
La nota señaló: “Nosotros solamente robamos. La mujer estaba muerta y había mucho olor a gas”. El escrito fue secuestrado por los investigadores y al cuerpo de la víctima lo trasladaron a la morgue judicial para hacer la autopsia y confirmar si lo que dijeron los hampones era cierto o no. Por otro lado, hubo conmoción en el vecindario.
El caso quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3, a cargo del fiscal Martín Conde, quien recibió el informe médico y comprobó que Rosa Seminara había fallecido días antes del ilícito a causa de un paro cardiorrespiratorio cuando estaba en la parte de la cocina y que el gas, que quedó abierto, empezó a quemarle la piel con el paso de las horas. Todo se habría originado desde un principio con una caída. De milagro no ocurrió una tragedia peor con fuego involucrado que afecte a las viviendas linderas.
El panorama fue realmente confuso y los agentes peritaron el lugar para sacar más conclusiones al respecto antes de cerrar el expediente, mientras buscan a los ladrones que entraron a la casa.