B ajo el lema “Vecinos de Banfield, Temperley y Lomas de Zamora: Nos están dejando sin la historia de nuestro barrio”, prosiguela campaña de oposición y formas contra los asfaltos e manera compulsiva sobre el adoquinado de numerosas arterias y que los edificios de altura sean autorizados en barrios tradicionales, donde ya hubo un avance comercial en materia de boliches y bares.
En un reciente informe, impulsado con cartelería a firmar contra las decisiones del intendente Martín Insaurralde - de vacaciones- y aprobadas por el HCD, los vecinos nucleados en Fuenteovejuna advirtieron que “asfaltarán nuestras calles adoquinadas para desviar el tránsito de avenidas por barrios residenciales”.
Y recordaron que “hace 15 años, el Concejo Deliberante aprobó la Ordenanza Nº 10483, protegiendo los adoquinados y obligando al municipio a su reparación. En la última sesión del otro año, el intendente hizo aprobar la Ordenanza 16458, anulando parte de la anterior, para asfaltar calles alternativas”.
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Figuraron entonces, Alem, Acevedo, Manuel Castro, Azara, Beruti, Godoy cruz, Aráoz, Vergara, Belgrano, Pueyrredón, Viamonte, Arenales, Castro Barros, Lamadrid y Ayacucho, entre otras que, durante 2018, recibieron el negro color del asfalto.
Por otro lado, Fuenteovejuna señaló en su página oficial que “mostramos cómo demuelen sobre la avenida principal y a metros de dependencias municipales una casa en la esquina de Castelli e Hipólito Yrigoyen, sin cartel de obra reglamentario (violando la Ordenanza 15197) y sin pasar por la Comisión Evaluadora de Proyectos (Ordenanza 16084)”.
Cierta vez en Temperley se salvó la demolición de una casa histórica, pero no todos los casos son iguales. Entonces, los vecinos se preguntaron:”¿Qué está pasando en la intendencia a cargo de Martín Insaurralde que de golpe al comenzar 2019 se aceleraron las demoliciones, incluyendo edificios protegidos?”.
Y el final fue muy crítico en cuanto al alcalde: “El estado municipal debe trabajar para el bien común y la reducción de desigualdades. En un Partido con una preocupante proporción de zonas humildes y calles de barro, resulta vergonzoso que se despilfarre dinero público asfaltando calles que no lo necesitan”.