Quilmeña que vive en España causa furor en la televisión española

Se trata de una mujer llamada Rosa Rodríguez, que empezó como una simple participante del concurso Pasapalabra de España y que, con el correr de los programas, se fue ganando un lugar y una reputación por sus increíbles conocimientos y su potencial para absorber información y retenerla. Al estar tanto tiempo en el extranjero, tiene el acento y las muletillas de dicha nacionalidad y es por eso que sorprendió al contar que en realidad nació en Argentina.

Es una profesora de inglés y de lengua castellana que emigró con su familia cuando tenía tan solo 7 años. Se asentaron en Coruña, territorio en el cual los argentinos son muy bien recibidos. De allí en adelante, la protagonista pudo estudiar y se identifica como “quilmeña” y “coruñense”, ya que si bien no tiene mayores recuerdos, no pudo olvidar sus raíces y el esfuerzo que hicieron para llegar al lugar.

“Yo no nací aquí. Mis padres, cuando mis hermanos y yo éramos pequeños, decidieron sacrificarlo todo, dejar atrás su familia, su país, con el único objetivo de que mis hermanos y yo tuviéramos la vida que, gracias a ellos, tenemos”, sostuvo en plena transmisión al ser consultada por el propio conductor, entre lágrimas de emoción. El público quiso saber más acerca de su historia y así explicó lo que haría en caso de ganar el premio que asciende y supera el millón de euros.

"Me gustaría poder ayudarlos a ellos que sacrificaron todo para que nosotros pudiéramos tener la vida que tuvimos y, si sobrase algo, vivir con más tranquilidad, que con la economía de hoy en día es complicado. Seguir haciendo lo que me gusta y estar tranquila", agregó la profesora.

Cabe destacar que para llegar a competir por esa cifra, tuvo que participar en más de 20 programas en los cuales destacó por sobre otros participantes y fue eliminándolos muy de a poco. Su intelecto la llevó a posicionarse entre las mejores y es así que explicó cómo hace para estudiar y cuál es la fórmula para poder retener tantas palabras y significados que habitan en la vida cotidiana.

Según dijo, tuvo que dejar su trabajo de profesora a un lado y a veces opta por salir a caminar por la montaña para enfocarse de lleno en la competencia. Además, intenta absorber todo lo que escucha desde la noche a la mañana y evita distracciones que puedan llegar a provocar una pérdida del enfoque. Todo lo hace por la felicidad de sus progenitores, quienes la acompañan muy de cerca.

“La emoción que tienen ellos estos días de verme aquí en este atril es la mayor motivación para mí. Gracias por todo lo que hacen, lo que han hecho, y les quiero mucho”, cerró Rodríguez.