Con goles de Emanuel Herrera, Lautaro Parisi y Tomás González, el Decano sentenció un halago vital para llegar a la liguilla, con la ilusión de luchar por el ascenso a la máxima categoría.
Quilmes goleó por 3 a 0 a Deportivo Maipú en el estadio Centenario y, dos fechas antes del cierre de la campaña regular, selló la clasificación al Reducido, con la ilusión intacta para ascender a la máxima categoría del fútbol argentino.
El Cervecero no tuvo inconvenientes para despachar a su contrincante y alcanzó la línea de los 56 puntos, siete más que Agropecuario, el primero en la nómina que está por fuera de la liguilla, que ya no puede darle caza en el escalafón luego de su empate por un emotivo 3 a 3 con Defensores Unidos en Zárate.
Los conducidos por Sergio Rondina fueron más desde el principio y concretaron una satisfacción vital en su casa. Y evidenciaron la diferencia con solvencia, siendo efectivos en ataque pero también sólidos en el fondo y precisos en el manejo del balón en el mediocampo.
Por lo pronto, tardó en certificar en el tanteador lo expuesto en la cancha, dado que la apertura de las cifras fue cerca del final del primer tiempo gracias a la conversión de Emanuel Herrera.
Previamente se acumularon méritos pero no se supo romper la paridad. Pero, una vez que se sentenció, en el complemento se allanó el camino para el halago. Y quienes aumentaron la cuenta fueron Lautaro Parisi, al promediar el bloque, y Tomás González, sobre el cierre, con una capacidad goleadora notable, dado que había ingresado poco antes desde el banco de suplentes.
El adversario quiso recomponer su imagen y buscó alternativas, especialmente en la segunda manga, pero no las halló y se quedó con las manos vacías. Y para colmo puso en peligro su chance de acceder al lote de privilegio, dado que se estancó en 47 unidades, dos menos que Ferro, el último que ostenta el pasaje.
Para el Decano se completó así un itinerario óptimo no sólo en el trámite concreto en la región, sino también en el torneo, que parecía inmejorable en el arranque, cuando luchó por la cima de la mano del DT Darío Franco, pero que se fue complicando con el correr de las fechas hasta casi alejarse del objetivo y propiciar la salida de ese conductor para que arribara el actual, interinato mediante.
Quedan dos capítulos en el certamen, pero ahora la Blanquita tiene por delante la pretensión de consolidar una idea de juego y quedar en la mejor posición posible para el Reducido.
Y mientras va en pos de esa zanahoria, será juez de la definición y artífice de su probable contrincante en las llaves venideras. ¿Por qué? El próximo duelo para Quilmes será con el club de Caballito, a domicilio, y el siguiente, y último, con San Miguel, de local, octavo y séptimo en las estadísticas, respectivamente.
Y ambos estarán obligados a ganar para no perder esa ubicación, dado que detrás hay varios agazapados para intentar recalar en la liguilla.
Para el Cervecero será cuestión de ir paso a paso, sin obligaciones pero con la lógica de querer vencer para candidatearse a la gloria del segundo ascenso.