El obispo Marcelo Margni encabezó la emotiva ceremonia en la parroquia de Villa Caraza, donde se desempeñó Antero Daniel Esquivel, que fue secuestrado y luego ultimado durante el último gobierno militar.
La Diócesis de Avellaneda-Lanús vivió un momento especial de profunda alegría por la recuperación e inhumación de los restos mortales del catequista Antero Daniel Esquivel, secuestrado y asesinado durante la última dictadura cívico-militar: ocurrió en una emotiva homilía en una parroquia de Villa Caraza.
Al respecto, el obispo Marcelo Margni, quien presidió el encuentro, expresó en su homilía que "estamos muy felices de lo que celebramos juntos: la llegada de Daniel entre nosotros, aquí en Villa Caraza, en la parroquia Nuestra Señora de los Trabajadores".
Luego de más de 40 años de búsqueda se identificaron sus restos y ahora descansan en la iglesia emblemática de su compromiso humanitario, su testimonio, su acción misionera y solidaria, donde es recordado con cariño y admiración, y reconocido por su bondad y compromiso por los más necesitados.
Margni destacó la labor de la Comisión de Memoria Antero Daniel Esquivel y de su hermana Genoveva, en la identificación de los restos y del testimonio de la perseverancia y la lucha por la verdad y la justicia que ello significó.
Además, resaltó el camino que inició su "hermano obispo" Monseñor Desiderio Collino quien expresó, apenas fue secuestrado Antero Daniel, que "me siento en la obligación de conciencia de levantar públicamente mi voz, denunciando un hecho que debe llenarnos de bochorno, así fuera solo ese caso".
Asimismo, valoró los rasgos de Antero Daniel Quevedo hombre de fe, obrero, migrante paraguayo y militante, y ponderó que la celebración "es un punto de llegada, porque algo se cierra hoy después de tanta búsqueda. Pero también un punto de partida, porque la memoria de Daniel en este lugar marca el comienzo de algo. Tendremos que encontrar en su testimonio una gran luz".