Florencia Cortez, agente del Servicio Penitenciario, se despertó en medio del siniestro y no dudó en rescatar a sus pequeños de 1, 10 y 12 años. Perdieron todo, y pide ayuda para reconstruir su hogar. Pueden comunicarse con ella por WhatsApp al 11-5771-9048.
Una agente varelense del Servicio Penitenciario se vistió de heroína al salvar a sus tres hijos de un incendio que destrozó por completo la casa en la que vivían. Dado que perdieron todo, desde el inmueble, pasando por la indumentaria y hasta los documentos, necesitan materiales de construcción, entre otras cosas, con el objetivo de volver a empezar.
Florencia Cortez, quien se desempeña en la Unidad Penal 32 de La Capilla, dormía cuando se inició el foco ígneo en el hogar. Al escuchar la explosión de una botella, despertó, observó cómo las llamas devoraban todo y no dudó en salvar a sus pequeños Benicio, Santino y Kevin, de 1, 10 y 12 años respectivamente. A pesar de sufrir algunas quemaduras en cabeza, logró su objetivo, evitó una verdadera tragedia.
En diálogo con este medio, Florencia indicó que el siniestro "ocurrió el viernes 8 a las 3 de la madrugada, se desencadenó en el comedor, que tiene como una única salida la puerta de entrada y cuenta con ventajas enrejadas, donde, creemos explotó el enchufe de un caloventor que prendí para secar el delantal de uno de mis hijos sobre una barra de madera que tenemos".
"Me despierto porque explota una botella que estaba también en la barra y cuando abro la puerta de mi pieza, veo que estaba todo lleno de humo, no se veía nada, y en el momento en el que me dirigí al comedor, esa barra, que tenía copas y otras botellas, estaba prendida fuego y luego le pasó lo mismo al techo", describió y agregó: "Entré a la pieza de los nenes y los saqué sin dudarlo".
Visiblemente emocionada, comentó que "todos se sorprenden de cómo pudimos salir de ahí los cuatro, fueron unos segundos. Yo creo mucho en Dios y siento que nos protegió de una tragedia".
No obstante, quedaron literalmente con lo puesto, solo cenizas en el terreno ubicado en Manuel de Sarratea 1756, del barrio San Nicolás. En este sentido, pidió "la colaboración para que pueda volver a edificar mi casa porque, por más que me donen cosas, no tengo donde guardarlas, necesitamos materiales, aberturas, muebles, cosas para el baño".
Actualmente, la madre soltera y sus pequeños paran en la casa del abuelo, en Manuel de Sarratea al 1800, a media cuadra, pero no ven la hora de retornar en el lugar que construyeron hace más de una década, en el barrio, donde la heroína estuvo toda la vida.
Quienes deseen comunicarse con ella, pueden hacerlo por un mensaje de WhatsApp al 11-5771-9048. "Todo perdimos, hasta los papeles y la documentación", agregó.
A modo de cierre, lamentó que "nos pasaron muchas cosas malas en el último tiempo, sufrí violencia de género del padre de mi bebé y, para colmo, mi pequeño sufrió quemaduras al caerle agua hirviendo, estuvo 20 días internado, ya estamos cansados de estas cosas malas por las que pasamos".