Al Cervecero le aguarda el encuentro de vuelta por los Cuartos de Final del Reducido de la Primera Nacional ante Nueva Chicago, en el que el DT Sergio Rondina repetiría los once que empataron en la ida en el Centenario.
A todo o nada, la Gloria o Devoto: así es el panorama de Quilmes en la víspera del partido de este sábado a las 17 ante Nueva Chicago, ya que el Cervecero definirá en el estadio República de Mataderos los Cuartos de Final del Reducido de la Primera Nacional. En la ida igualaron sin goles y el Decano está obligado a sacar a flote la serie, por lo tanto el DT Sergio Rondina repetiría el equipo que igualó en el primer examen.
El Cervecero se juega la vida y la continuidad en el Reducido, por el segundo ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino, entonces el Huevo decidió jugársela por los mismos que en el Centenario igualaron sin goles ante Chicago.
No estará fácil la contienda en Mataderos, pero en Quilmes van por todo y buscan seguir avanzando hacia semifinales, porque no hay nada que les quite el sueño de ascender.
De hecho, el propio DT es consciente de lo fundamental para este tiempo y así lo remarcó en FM Sur: "Nos jugamos el año el sábado, habrá que saber afrontar el partido no desenfocarnos en lo que se deberá hacer dentro de la cancha".
Para visitar al Torito, Rondina probó a los mismos once que empataron en la ida: Esteban Glellel; Damián Adín, Santiago Moya, Federico Pérez y Ayrton Sánchez; Enzo Kalinski, Iván Ramírez y Leandro Allende; Ramiro Luna; Lautaro Parisi y Emanuel Herrera.
Durante el ensayo con los suplentes, los alternativos presentaron a Maximiliano Gagliardo; Federico Pérez, Lucas Romeo, Matías Ferreira y Julián Gurzi; Ramiro Martínez, Marcos Enrique, Joaquín Postigo y Santiago Puzzo; Fabián Bordagaray y Tomás González.
La buena noticia para el Huevo es que, por primera vez en varios meses, no hubo ni lesionados ni suspendidos, lo cual a alturas importantes como la definición de una instancia de Reducido vale como oro y da cierto respaldo y tranquilidad a la hora de encarar la revancha.