El ramal más afectado es el Temperley-Haedo de la Línea Roca, donde deben circular 9 trenes, pero se llegan a cancelar 4 por día, como ocurrió este viernes. En el Belgrano Sur, desde hace una semana está interrumpido el servicio entre Libertad y Marinos del Crucero General Belgrano a raíz del accionar de delincuentes, y en el Sarmiento las anomalías ocurren diariamente y a toda hora.
El servicio de trenes en La Matanza viene degradándose en los últimos días, complicando la vida de los vecinos que recurren a ese medio de transporte para movilizarse. Y distintos trabajadores del ferrocarril consultados por este medio coinciden en que se debe a la fuerte restricción presupuestaria implementada por el gobierno encabezado por Javier Milei desde su asunción el 10 de diciembre.
Esa limitación de recursos fue advertida por funcionarios de la Línea San Martín (LSM) de la estatal Trenes Argentinos antes del 10 de mayo, fecha en que se produjo una colisión entre 2 formaciones entre Retiro y Palermo, con un saldo de 90 heridos, originada en la falta de reposición del cableado de señalamiento que había sido robado. Ese grave hecho, llevó al gobierno nacional a declarar, hace casi un mes, la Emergencia Ferroviaria, con el objetivo de realizar inversiones básicas e impostergables.
Pero según informó la Secretaría de Transporte de la Nación dependiente del Ministerio de Economía las empresas ferroviarias estatales recién acaban de dar a conocer sus pedidos sobre las obras más urgentes requeridas.
Las mismas "serán estudiadas y analizadas para definir las prioridades en materia de seguridad operativa", explicaron desde la citada secretaría. Por lo tanto, los usuarios tendrán que seguir padeciendo durante más semanas la irregularidad y precariedad del servicio.
En cuanto a los ramales que cruzan La Matanza, el más afectado es el Temperley-Haedo de la Línea General Roca (LGR), que tiene apenas 9 servicios por día en cada sentido de lunes a viernes hábiles, y 7 los sábados, domingos y feriados -para lo cual se requiere el funcionamiento de dos formaciones-, lo que arroja una frecuencia de una formación cada una hora y 40 minutos.
El jueves, se canceló el 33 por ciento de los trenes diagramados: los que tenían que salir de Temperley 5.15, 8.30 y 11.45. Este viernes, no circularon los programados para las 11.45, 15, 16.40 y 18.20, con lo cual el último tren de la ciudad sureña salió a las 13.20, y el último de Haedo a las 15. El viernes anterior, 5 de julio, se cancelaron 5 trenes, por lo que circularon solamente 4.
"No hay locomotoras operativas", coincidieron en señalar conductores y guardas consultados. El Roca cuenta, en materia de tracción diésel, además del Temperley-Haedo, con los ramales Bosques-Gutiérrez, Alejandro Korn-Chascomús, Ezeiza-Cañuelas, Cañuelas-Lobos y Cañuelas-Monte. En este último el servicio se encuentra literalmente paralizado, ya que se cancelan a diario los 4 programados. En los restantes, también son frecuentes las anulaciones.
En la Línea Belgrano Sur, a la continuidad de las limitaciones en los servicios de los tres ramales, Sáenz-González Catán, Catán-Villars y Tapiales-Marinos del Crucero General Belgrano, se sumó una preocupante situación en el segundo de ellos: la interrupción del servicio que hasta este viernes ya llevaba una semana en el último tramo, entre Libertad y Marinos, en el partido de Merlo.
Según detalló una fuente consultada por este medio, a raíz del robo de cables y otros elementos, las barreras automáticas del paso a nivel ubicado a la altura de la calle Bebedero quedaron trabadas en baja. Ese hecho fue aprovechado por delincuentes que le robaban a los conductores que se detenían en el lugar, y la posterior protesta de los vecinos cortando las vías.
Trenes Argentinos dispuso el envío de una cuadrilla para reparar la barrera, que no pudo concretar su objetivo, ya que sus integrantes fueron amenazados y corrieron el riesgo de ser víctimas también de hechos delictivos.
Por otra parte, el ramal Catán-Villars tendrá sus servicios suspendidos entre el lunes y el viernes, ante la necesidad de realizar trabajos de alineación de la vía única, para que las formaciones puedan circular a la velocidad establecida por itinerario y cumplir en consecuencia con el mismo.
En tanto en la Línea Sarmiento las demoras y cancelaciones se registran diariamente y a toda hora, y quienes utilizan su servicio en la única estación en el distrito, Ramos Mejía, se encuentran con formaciones con pasajeros que no se detienen en la misma -circulan rápidas entre Liniers y Morón y viceversa- lo que provoca tiempos de espera de hasta media hora.
Los inconvenientes se trasladan a los ramales diésel del Sarmiento, que unen Merlo con Lobos y Moreno con Mercedes, que sufrieron desde enero un recorte del 33 por ciento de sus servicios, donde también son habituales las demoras y cancelaciones.
Y como "frutilla del postre", el tren de larga distancia del Sarmiento que une Bragado con Once y pasa por Ramos, viene registrando demoras de entre una y dos horas, en un trayecto de poco más de 200 kilómetros en los que la formación llega a emplear 7 horas. La razón es que entre Bragado y Mercedes circulan, a raíz del estado de la infraestructura y las bajas temperaturas, a 20 kilómetros por hora.
Y que todo puede complicarse lo padeció una mujer que dialogó con este medio, y que viajó desde Chivilcoy -una de las intermedias- hasta Haedo el viernes anterior, 5, con el objetivo de abordar el tren a Temperley, para luego llegar a su destino final, Ezeiza. En vez de llegar a Haedo a las 10, el servicio de larga distancia del Sarmiento lo hizo a las 12. Como ese día se canceló más de la mitad de los trenes en el ramal a Temperley del Roca, para el primero debía aguardar hasta las 15. Y optó entonces por tomar la línea de colectivos 242 hasta San Justo, para allí abordar la línea 306 hasta su destino.