Dos casos de abuso de menores sacuden la región

Los hechos trascendieron en los últimos días y rápidamente generaron conmoción entre los amigos y familiares de las víctimas, que pasan momentos de muchísima exposición al haber dado a la luz los terribles casos. También hubo denuncias cruzadas, contestaciones, diferentes versiones y una amplia repercusión que mantiene en vilo a toda la zona. Por el momento no hay detenidos y se esperan avances y peritajes.

El primer caso tiene como principal apuntado a Braian G., un hombre que fue delatado por su propia hija, de quien se preserva su identidad. La niña tiene solo 7 años y en un momento dado le habría confesado a su madre, quien está separada del sujeto, que este le habría tocado los genitales y el ano. Todo consta en la denuncia que la mujer hizo en la Policía Distrital de Berazategui Oeste y se esperan las pericias médicas de los profesionales.

"Nada le devuelve la dignidad y la inocencia a mi hija después de esto, pero se tiene que saber quién realmente es esta persona, que ya tiene denuncias anteriores y a la cual yo le deposité mi confianza porque siempre creí que era un buen padre", indicó la joven, muy angustiada.

En consecuencia, se ordenó una medida perimetral y se le otorgó un botón antipánico. Por su parte, familiares y amigos del acusado la trataron de "loca" y recibió múltiples amenazas.

Otro hecho aberrante

El otro caso que pone en el foco a un profesor de boxeo de 37 años de Villa del Plata, Florencio Varela, también fue revelado por los padres de una chiquita de 12 años, que era alumna suya desde hace un mes.

Según explicaron, el docente Diego Z. le contestó un video de Tik Tok que la víctima subió a sus historias de Whatsapp. Le dijo que "estaba muy linda", que "no le cuente a nadie" eso que estaban hablando y, además, le preguntó si le gustaba algún chico de la clase. Quiso ganarse su confianza diciendo que podían ser amigos.

Los padres de ella lo increparon en redes sociales e hicieron la correspondiente denuncia. Ante esto, el abusador les explicó primero que supuestamente le habían hackeado el celular, luego que fue una maniobra para arreglar unos dilemas con un supuesto "alumno problemático" que estaba echando a otras compañeras y finalmente reconoció y pidió disculpas.

El padre del apuntado intentó desmentir todo esto, sosteniendo que en 20 años de docencia nunca había tenido un problema tal, aunque las capturas de mensaje lo dejaron al descubierto.