Florencio Varela: abrazo simbólico a la Escuela 26 de Bosques

Todo comenzó cuando a Daniela, la educadora que se desempeña en primer y tercer grado, la esperó a la salida del colegio la mamá de un niño de 8 años (alumno de ella) y en el kiosco que se encuentra frente al establecimiento la agredió brutalmente, propinándole una golpiza tan cobarde como violenta y de la cual salió lastimada.

Esto se originó debido a una supuesta acusación en donde se mencionaba que la maestra maltrataba al niño. Sin embargo, la versión fue rápidamente desestimada.

“Resulta que una madre la agredió porque supuestamente ella habría golpeado al nene, pero los 30 chicos dijeron que no fue así”, indicó una mamá a los medios.

Otra, agregó: “La maestra es un amor, la agredieron mal, la golpearon y no lo podemos permitir”. Además, se conoció que la agresora había efectuado la denuncia un mes atrás y el chiquito fue cambiado de curso.

Por eso mismo, se decidió realizar un paro distrital el día de hoy organizado por los gremios AMET, FEB, SADOP, SUTEBA y UDOCBA, siendo estos últimos dos los que llevaron adelante el acto en el que se pidió “bajar un cambio” y en el que se hizo un “abrazo simbólico”.

Allí se convocó a todas las familias para que se acercaran al anfiteatro frente a la fiscalía en Florencio Varela y que de manera pacífica mostraran pancartas en contra del repudiable accionar contra la educadora.

“Repudio a la violencia”, “+educación, -violencia”, decían algunos de los carteles que quedaron en primer plano de varios alumnos de la entidad que se ubica en el barrio El Rocío de la localidad de Bosques.

Por su parte, SUTEBA se manifestó al respecto con un extenso comunicado en sus redes sociales en el que explicaron la gravedad de lo sucedido.

“Vemos con mucha preocupación los hechos de violencia que se vienen suscitando últimamente para con quienes habitamos la escuela pública”, indicaron.

Y puntualizaron a continuación: “Nuestras escuelas no solamente son espacios de aprendizaje. Son también, espacios de acompañamiento, escucha y contención. En ellas, albergamos la fragilidad de las niñeces y es con ese respeto y amorosidad que día a día hacemos de nuestra labor un mejor camino donde ellxs puedan transitar”.

Cabe destacar que se tramitó una orden de restricción contra la familia de la agresora e intervino la inspección. Por otro lado, se explicó que el hijo de esta mujer resultaba algo “conflictivo” dentro del curso y que hubo una seria falta de contención por parte de sus padres, además de una nula comunicación para resolver los problemas.