La estación de trenes de Dante Ardigó sufre una peligrosa invasión de ratas, producto de la gran cantidad de basurales que se encuentran en esa zona, situación que empeora a raíz de la contaminación del arroyo Las Piedras.
Viajar en tren o colectivo se convirtió en verdadero riesgo que deben afrontar los vecinos de esa localidad de Florencio Varela. Para llegar a los andenes deber eludir diferentes basurales, que crecen incesantemente durante semanas hasta que el Municipio se encarga de limpiarlos.
No obstante, dicha contaminación se volvió un “circulo vicioso” y los basurales no son erradicados, motivo por el cual las plagas permanecen y representan un peligro para quienes necesitan utilizar transporte público.“Yo tengo que tomar el tren todos los días. Cuando estoy sentada pasan las ratas caminando por delante mío. Es un asco. Lamentablemente, ya nos acostumbramos a vivir a padecer estas cosas”, señaló a DIARIO POPULAR Iris Sebastiani.
Asimismo, la vecina de Ardigó detalló que “al costado de las vías hay un basural enorme” y agregó que “existe otro muy cerca de la parada de colectivos, que está en la plazoleta de la callé Ombú, entre el Zonda y Martín Fierro”. “Cuando llueve, todo se vuelve peor, porque crece el arroyo, las ratas salen de los nidos y se meten en las casas”, subrayó.
Detrás de la invasión de ratas y la contaminación se encuentra el negocio de la basura. La gran mayoría de los barrios no cuentan con el servicio de recolección de residuos, que debería brindar una empresa contratada por el Municipio de Florencio Varela.
Frente a ese déficit, la mayoría de los vecinos recurre a los llamados “carreros”, quienes, por unos pesos cargan en sus carros tirados por caballo los residuos domiciliarios, que trasladan luego hasta la estación.
De acuerdo a la descripción de Beltrán, en los basurales tiran pañales usados, papel higiénico, desechos de cocina, cartones y hasta animales muertos. “Durante días se acumulan y se forma una montaña de desechos. Los vecinos llaman al Municipio de Florencio Varela, lo limpian y se repite otra vez el mismo ciclo, es un círculo vicioso. Desde hace años venimos pidiendo que pongan contenedores y no tenemos respuesta, por eso las ratas son cada vez más grandes”, sentenció.