La directora y dueña de un jardín de infantes privado de San Francisco Solano acumula siete denuncias por abuso sexual, acusada de manosear a alumnos de 3 años e instigarlos a realizar "juegos sexuales" en el baño de la salita, hecho por el que, ayer por la tarde, un numeroso grupo de padres se manifestaron en la puerta de la casa de la docente -a una cuadra de la institución- para reclamar el cierre definitivo del establecimiento.
El lunes pasado salió a la luz el caso de un nene, que habría revelado a sus padres una situación de abuso sufrido por parte de la autoridad del jardín, quien, semanas atrás, se hizo cargo de la sala de 3 años por la licencia por maternidad que tomó la docente titular.
Tras radicar la denuncia en la Comisaría 4ta. de San Francisco Solano, tomó intervención la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 8 de Quilmes, quien ordenó pericias sobre el menor de edad. "El Reconocimiento Médico Legal (RML) dio negativo", confirmó a POPULAR un vocero judicial. Esto quiere decir que el cuerpo de la presunta víctima no evidenciaba signos de abuso sexual.
No obstante, el fiscal interviniente solicitó un informe psicológico preliminar, aunque el mismo no resultó concluyente porque el menor no pudo hablar sobre el tema.
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Cuando parecía que las pruebas no conducían a nada, la Fiscalía recibió seis denuncias más de padres de alumnos del mismo jardín de infantes. "Luego del primer caso, muchos padres -que notaban actitudes extrañas en sus hijos- comenzaron a indagarlos y advirtieron que ellos también podrían haber sido víctimas de abuso por parte de la directora", agregó el vocero abocado a la investigación.
En ese contexto, la UFI 8 de Quilmes requirió de manera urgente que los seis niños presuntamente abusados pasen por RML y se realice un informe psicológico preliminar sobre ellos.
En tanto, se realizó un ruidoso escrache en la casa de la docente acusada. "Mi hija me contó que la obligaron a darle besos con lengua a sus compañeros en el cuerpo. A ella y otros compañeritos los instigaba a realizar juegos sexuales y los amenazaba para que no hablen. Les decía que si contaban algo, les iba a hacer chas-chas en la colita", expresó, durante la manifestación, Camila, una de las madres del jardín.
En ese contexto, la mujer agregó: "Hasta no verla presa, no voy a parar. Yo me voy a encargar de que este jardín no funcione nunca más. Mientras yo esté viva, este jardín no va a funcionar más".
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