Pasó la primera semana de entrenamientos de Quilmes en Mar del Plata y los curiosos que se acercaban a ver las prácticas. Entre todos se destacan Miguel Caneo y Sebastián Romero, que están realizando un gran esfuerzo para ponerse a punto. “Tenía enormes ganas de jugar acá, la edad no me frena”, aseguró Chirola.
Entre ejercicios y charlas, los referentes sueltan algunas de sus sensaciones. “No fue tan difícil arreglar acá porque me plantearon el objetivos claros y me manifestaron interés en el regreso desde siempre. Hay un proyecto serio y eso me motivó junto al amor y cariño que siento por este club a volver”, confió.
El oriundo de Berisso admitió que Emanuel Trípodi y Caneo, sus viejos amigos de fórmula, no influyeron en su llegada: “Es lindo reencontrarme con ellos, los aprecio un montón al Chino y a Trípodi, pero no tuvieron injerencia en mi decisión. Regresé porque era lo que yo sentía”.
Chirola fue consultado por el duro fixture que le tocará al Cervecero en el Nacional B y no quiso entrar en polémicas: “Opinar sobre lo que nos va a tocar tan apuradamente no se puede. Hay que ir partido a partido porque este esfuerzo valdrá la pena. Para ganarle a todos no hay que quejarse y lo que debemos hacer es ir y ganar en todas partes, laburar y dejar al club donde se merece”.
Romero sostuvo que mientras estuvo en Gimnasia se mostró atento con la campaña del decano y agregó: “Lo seguí todo el torneo y a medida que pasaban los partidos y se complicaba todo, me dolía. Logré una fuerte identificación con el club y sin dudas fue duro el descenso”.
Para lograr el pronto retorno a Primera, Chirola admite que no solamente se necesitan buenos resultados, sino un buen grupo humano: “Debemos estar fuertes todos, los que juegan y los que no. Vamos a necesitar de todos, esto es fútbol y como llevo muchos años jugando conozco las necesidades de los clubes donde jugué y en todas fue esencial la gente”.