En forma regular asisten a unos 130 niños y la mayoría pertenecen a familias provenientes de villas de emergencia y asentamientos de Quilmes.
Los chicos, que van desde los
6 meses hasta los 6 años, permanecen en ambos lugares de 7 a 17 y allí reciben las comidas diarias, cuidados de higiene y salud y también se les ofrecen actividades pedagógicas y de recreación.
El jardín de infantes El Arca de los Niños, funciona en la calle Paz al 1000, y en su atención pedagógica se incluye el programa oficial de
educación inicial. En tanto, el jardín Los Angelitos es
maternal y funciona en la calle 25 de Mayo 24, Quilmes.
A las madres se les ofrece un espacio de encuentro donde pueden compartir experiencias y problemas, recibiendo propuestas para salir adelante y también reciben la posibilidad de realizar
actividades formativas y recreativas en talleres gratuitos.
Claudia Lohff, coordinadora de ambos jardines explicó: "Nosotros trabajamos con familias en situación difícil, somos un apuntalamiento para estas personas. El año pasado y este año recibimos el apoyo del Intendente y de la Secretaria Cultura y Educación en la provincia. Pudimos ver que nuestro expediente está formalmente completo, pero falta
la voluntad política de firmarlo. Acá hay seis docentes y pedimos que se eleve del 60 al 100 por ciento".
En este sentido, se explicó que actualmente tienen
una ayuda insuficiente ya que cubre "sólo el 60 por ciento de los sueldos de seis docentes".
Como se destacó, las actividades de sendos jardines comenzaron en el año
1982 debido a la gran demanda de madres solas o carenciadas de la zona, que requerían un lugar para alojar a sus hijos cuando iban a trabajar o buscar trabajo.
Si bien los jardines pertenecen a una congregación evangélica y eso les aseguraba recibir ayuda de
Alemania, como la situación económica en Europa está bastante desmejoradas, el dinero no llega como antes.
En este sentido, una mamá, vendedora ambulante, se refirió a la importancia que tienen estos ámbitos para que así como ellas, muchas más mujeres puedan dejar a sus hijos en un lugar de confianza que los cuide, mientras sus madres trabajan.