Un perro que estuvo perdido por más de 90 días recorrió alrededor de 130 kilómetros para reencontrarse con su familia y volver a su casa en Florencio Varela, en un hecho conmovedor que llenó de emoción a sus dueños, que lo habían ido a buscar una vez por semana durante todo ese lapso, además de concurrir a programas radiales para difundir el caso.
Un episodio que es realmente de una película de Disney tuvo lugar en una vivienda varelense, luego de que la mascota, que se había extraviado en el campo hace tres meses, volviera por cuenta propia tras vivir una verdadera odisea en el viaje.
Marcelo, el dueño, no perdió nunca las esperanzas de concretar el reencuentro y toda esa energía puesta para lograrlo, finalmente dio sus frutos.
La historia, que parecía ser triste, terminó teniendo un final mucho más que feliz y Dobby, el galgo negro, dormirá otra vez bajo su techo.
Todo comenzó a principios de marzo, cuando el hombre fue junto con su mujer y su hijo pequeño a la ciudad de General Belgrano, específicamente a Villanueva, para descansar a modo de vacaciones. Con ellos fue el fiel compañero.
Sin embargo, en un momento de descuido, el perro se escapó y perdió. La desesperación comenzó a crecer y lo buscaron durante esos días por todos lados, aunque lamentablemente sin noticias. Tras eso debieron volver a su hogar, aunque se encargaron de mostrar su imagen en distintos lugares. De hecho, el responsable accedió varias veces a ir a FM Primavera, radio zonal, para ver si había novedades y, de paso, seguir difundiendo la búsqueda.
No obstante, iba al menos una vez cada diez días al campo y sus alrededores con el sueño de verlo, pero eso nunca pasó.
Las esperanzas, por lógicas razones, con el tiempo y las distancias, comenzaron a apagarse lentamente hasta el jueves a la tarde.
Marcelo estaba en su casa con su familia y, a eso de las 19.30, un ladrido en la puerta de su casa le resultó muy familiar. Al salir se encontró con la increíble sorpresa de que Dobby había vuelto. A sus costados no había nadie que lo hubiera encontrado y traído. Simplemente, el perro hizo el camino en soledad, guiándose a su manera. Los gritos de emoción y felicidad no tardaron en llegar y el can fue puesto nuevamente a resguardo. Se encontraba un poco flaco, pero no estaba lastimado ni nada por el estilo.
Marcelo se puso a indagar y le confirmaron que, en principio, lo vieron en la Ruta 57, en el tramo que une Lezama y Pila, ya que se había desorientado. Sin embargo, pudo llegar hasta la Ruta 2 y caminando hizo el recorrido completo. De hecho, cuando se le querían acercar, aseguraron que se alejaba rápidamente y no quería saber nada. Es por ello que Dobby puede volver a disfrutar de su familia, y ellos de su compañía, luego de no encontrar consuelo por más de 90 días.