Un hombre que reside en Florencio Varela quedó enredado en una compleja situación al querer ayudar a dar sepultura a un vecino suyo que era indigente y no tenía familiares, tras lo cual quedó a cargo del cuerpo, que no pudo ser enterrado por una falta de actualización en el domicilio que figuraba en el DNI y sigue en la morgue judicial.
El increíble caso lleva ya más de una semana de vigencia y aún no logran resolverlo, por lo que quedaron a la deriva los restos de un sujeto muy querido en toda la comunidad varelense. Esto, según explicó el afectado, muestra perfectamente de qué trata la burocracia y el trato que las autoridades tienen para con los más necesitados, que no pueden tener un entierro decente. En consecuencia, quienes terminan viéndose afectados son las personas que deciden acercar una ayuda o extender su mano para solucionar las cosas.
Todo comenzó el pasado jueves, cuando Hugo Antonio Sandoval, un sujeto que vivía en la calle Remedios de Escalada 2156 del barrio Presidente Sarmiento, no dio respuestas cuando lo esperaban en el comedor al cual acudía a diario para buscar un plato de comida caliente. Alertados por ello, se comunicaron con sus vecinos, que vieron que la puerta de su humilde hogar estaba cerrada.
Entre ellos, Mario Cisneros fue a buscarlo y tras la ventana lo vio recostado en su cama, tapado con una frazada, ya sin signos vitales. Había fallecido producto de un infarto agudo, que derivó de una miocardiopatía dilatada. Inmediatamente, la policía fue alertada y lo trasladaron a la morgue judicial de Ezpeleta. El muerto no tenía familiares que se pudieran hacer cargo de la situación, según confirmó el medio Varela al Día.
Así Cisneros firmó para responsabilizarse por la sepultura y se dirigió a la Comisaría 3era para pedir el traslado al cementerio municipal. Sin embargo, al llegar al lugar con el DNI de su vecino, algo modificó por completo la situación. Y es que figura domiciliado en Claypole, en la calle No Me Olvides, por lo que le dijeron que debía ser enterrado en ese lugar. De todos modos, la Fiscal del caso dijo que iba a llamar por teléfono para arreglar el problema, ya que sabía que Sandoval era varelense. Lamentablemente, el llamado nunca se produjo.
Enfurecido, Cisneros se comunicó con la letrada y esta le dijo que vaya con tres vecinos al Juzgado de Paz, para que oficien como testigos y así lograr la tan ansiada sepultura, aunque antes debían pasar por el cementerio para que lo autorizaran.
"Yo no puedo hacer el trabajo de un asistente social. Ellos tienen que hacerse cargo. La Policía se tiene que hacer cargo. A la Justicia no le interesa", sostuvo el damnificado.
Cabe destacar que por el momento el cuerpo sigue en la morgue de Ezpeleta, a la espera de que se resuelva su situación.
El vecino que quiso ayudar, por su parte, quedó en medio de un enjambre en el que nunca se imaginó estar y aún no pudo salir.