Una banda de narcotraficantes, cuyo liderazgo se atribuye al empresario Gustavo Sancho -quien fuera detenido el martes pasado en su casa del barrio porteño de Villa Urquiza- traía droga al país desde Bolivia y en vuelos clandestinos la llevaban a distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, para luego enviarla a Europa a través de los puertos de Rosario y Mar del Plata.
Los detalles de cómo operaba la organización, que tenía múltiples conexiones internacionales, fueron dados a conocer por el Ministerio de Seguridad de la Nación, que además reveló que en el marco de los procedimientos se secuestraron casi nueve millones de pesos, 45 autos de alta gama, 12 motos, lingotes de oro sólido y joyas.
Los allanamientos que la Gendarmería Nacional bautizó “Operativo Quijote” fueron 45 en total y alcanzaron a propiedades del Conurbano bonaerense, Mar del Plata, Pinamar, Capital Federal y la ciudad chaqueña de Roque Sáenz Peña
“El despliegue de 600 efectivos nos permitió finalmente arrestar a los miembros de la banda que se encargaban del acopio de la droga, la logística elaborada para su envío a capitales europeas y todo el entramado para el lavado del dinero proveniente del narcotráfico”, afirmó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La investigación realizada desde hace tres años por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado permitió establecer cuál era el modus operandi de la organización, que conseguía la droga en Bolivia y en Perú y la traía al país previa escala en Paraguay. Luego, en vuelos clandestinos que se realizaban generalmente de noche y bajo malas condiciones climáticas, los estupefacientes era trasladados hacia distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, entre ellos las ciudades de Azul, General Belgrano, General Rodríguez y Mar del Plata.
Allí, integrantes de la banda vestidos de traje y portando armas largas recibían la droga y la acondicionaban en vehículos ligeros. Finalmente, escondían las sustancias entre mercaderías y la enviaban hacia España a través de los puertos de Rosario y Mar del Plata.
La banda tenía conexiones en Paraguay, Brasil, Ecuador, Canadá, España y el norte del continente africano, pero el destino principal de las sustancias era Europa. No obstante, debido a la complejidad de la organización demandó que la Unidad de Operaciones Antidrogas de la Gendarmería coordinara acciones y cooperara con las fuerzas policiales de todos los países involucrados y finalmente se detuviera a Sancho, su esposa, sus tres hijos y otros once miembros.