A medida que los niños van creciendo adquieren más habilidades para manipular objetos y desplazarse. Por lo tanto, hay que tener cuidado con dejar objetos pequeños al alcance de los niños sin supervisión. Todo es nuevo para ellos, juegan, investigan y ese entusiasmo por conocer, puede llevarlos a ponerse objetos en la nariz, oídos y boca. Desde que tienen 4 meses, aproximadamente, están en condiciones de llevarse objetos a la boca. Muchas veces es sólo una travesura sin grandes consecuencias, pero otras veces puede convertirse en una situación alarmante.
Hay situaciones en las que el adulto puede darse cuenta, pero en otras oportunidades se detecta con el correr de los días que algo no anda bien: pueden salir secreciones u olor de la nariz o notar que escuchan menos por ejemplo.
La Dra. Nora Zonis (MN 117.822), pediatra e instructora de cursos de RCP-DEA, brinda algunos consejos importantes para que los padres sepan que hacer en estas situaciones.
Llevarse elementos a la boca es algo muy común en los más pequeños, una situación que puede transformarse rápidamente en algo grave cuando los pequeños se atragantan. Pueden ser piezas de juguetes o incluso comida.
“Al llegar a la garganta el conducto de la vía aérea está por delante del de la vía digestiva. Es ahí que puede suceder que el objeto en vez de ir hacia atrás quede en medio de los dos espacios o incluso vaya hacia adelante”, explica la pediatra.
Además, destaca que “si el niño emite sonidos, balbucea, tose fuerte, es una señal que el aire está pasando por la vía aérea. La obstrucción es parcial”. Y sobre lo que hay que hacer como primera medida, sostiene: “primero decirle que se tranquilice, que usted lo va a ayudar. Lo mejor es que siga tosiendo, significa que el aire está pasando. Háblele con calma y estimule a que siga tosiendo”.
Con relación a lo que no hay que hacer, la profesional puntualiza: “no golpear nunca la espalda, porque se obstaculiza el mecanismo que se está usando para liberar el objeto o incluso se puede estar inclinándolo hacia la vía aérea”.
“Si la tos es inefectiva, débil, babea o cambia de color a morado, o se lleva ambas manos al cuello, señal inequívoca de atragantamiento, puede ser que la obstrucción sea total”, explica Nora Zonis, destacando que en estos casos hay que actuar rápido “aplicando maniobras de desobstrucción de la vía aérea”, detallando como hacerlo según la edad del pequeño.
“En los lactantes (hasta los 12 meses) apóyelo boca abajo sobre su antebrazo y su muslo orientando la cabeza más abajo que el cuerpo. Sujetando la barbilla y con un dedo en labio inferior para mantener la boca abierta y sentir si cae el objeto. Adminístrele 5 golpes con el talón de la mano en la espalda, entre los omóplatos: fíjese si el objeto ha salido, sino gírelo sosteniendo la cabeza y su cuello hasta ubicarlo boca arriba. Revise si el cuerpo extraño está en la boca. Si lo ve en la garganta no introduzca el dedo para sacarlo, porque puede introducirlo aún más”.
Más adelante destaca que “si no lo ve, o lo ve pero lejos, realizar 5 compresiones torácicas, en el punto de RCP. En el centro del pecho en una línea imaginaria trazada entre los pezones. Continúe con 5 golpes entre los omóplatos y 5 compresiones hasta que el objeto salga o el bebé pierda el conocimiento, en este caso debe llamar al Servicio de emergencias médicas y comenzar maniobras de RCP”.
En el caso de niños mayores de 12 meses, la profesional sostiene que se debe “utilizar la maniobra de Heimlich, la misma consta de compresiones abdominales. Colóquese detrás de la víctima y coloque los brazos alrededor de ella por encima del ombligo. Coloque un puño con el pulgar hacia adentro y tómelo firmemente con la otra mano. Realice compresiones hacia adentro de la panza y arriba hasta que salga el objeto o la víctima pierda la conciencia”. “Cuando se trate de niños pequeños debe arrodillarse para estar cómodo y poder hacer la maniobra. Si pierde el conocimiento: llamar al servicio de emergencias médicas y comenzar maniobras de RCP”, finaliza la doctora Zonis.