“La palabra demencia asusta, está muy estigmatizada”, señala el médico psiquiatra e investigador del CONICET Fernando Taragano al manifestar la importancia de hablar sobre este síndrome a fin de incentivar a las personas a consultar a tiempo, buscar información, ayuda y asesoramiento y adoptar hábitos que pueden reducir el riesgo.
“En el lenguaje de la calle, un demente es una persona peligrosa. Pero, en Medicina, la demencia significa la pérdida de autonomía como consecuencia de una enfermedad intelectual que avanzó lo suficiente como para que produzca un daño en la capacidad de la persona de cuidarse a sí misma”, aclara el profesional, vicepresidente del Comité Científico de la Asociación de Lucha contra el Mal de Alzheimer y Alteraciones Semejantes de la República Argentina (ALMA).
En este sentido explica que “la enfermedad de Alzheimer y las enfermedades vasculares son las que más llevan a la demencia, que es un estadio, un momento avanzado”.
“La demencia tiene muchos estigmas y está bueno aclarar que es el ingreso a la última etapa de enfermedades que producen la pérdida del intelecto”, y que se divide en “leve, moderado y severo”, indica.
“Si tomamos el ejemplo de la enfermedad de Alzheimer, las primeras etapas son absolutamente asintomáticas durante años. Hay una segunda etapa en que los síntomas son leves y uno hasta puede ser presidente de un país como lo fue (Ronald) Reagan. El segundo gobierno lo hizo con su Alzheimer a cuestas y tenía leves síntomas; años después de terminar su mandato llegó a la etapa de la demencia”.
Al respecto afirma que si bien “no se puede evitar” si una persona va a tener Alzheimer, “sí se puede retrasar llegar a la demencia”.
Al respecto indica que “es indiscutible (la importancia de) la actividad cognitiva a lo largo de toda la vida, genera sinapsis, mayor cantidad de conexiones entre neuronas”. Aclara que, “de hecho, lo que más nos distingue del resto de los animales no es tanto la cantidad de neuronas sino la calidad de conexión que tenemos entre las neuronas”.
“La mayor actividad cognitiva retrasa la aparición de la demencia, si es que uno tiene Alzheimer”, remarca.
Otro hábito importante que “retrasa la aparición de la demencia es el ejercicio aeróbico porque toda enfermedad de Alzheimer lleva implícito un proceso vascular intrínseco”, explica el profesional.
Asimismo agrega una alimentación saludable como otra de las claves: “Hay alimentaciones que tapan nuestras arterias y aceleran el proceso patogénico del cerebro. Y hay alimentos, como la dieta mediterránea, que facilitan la salud arterial, del cerebro y hace que si uno tiene Alzheimer llega a una etapa de demencia más tardíamente”.
Taragano sostiene que “cuando antes se sepa” el diagnóstico de una enfermedad de Alzheimer “es mejor porque aproximadamente el 15% ó 20%, incluso hasta un 25% (de los pacientes) pueden retrasar la llegada de la demencia promoviendo la salud física y mental”.
Señala la importancia de una consulta a tiempo, “de apuntar al diagnóstico de predemencia, donde uno puede demostrar con marcadores biológicos que se está en presencia de una enfermedad que puede llevar a la demencia, como es el caso del Alzheimer”.
Sin embargo indica que “la mayoría de los diagnósticos de enfermedad de Alzheimer, respecto a lo que uno quiere, son tardíos”.
“Para tener la posibilidad que 25 de cada 100 (pacientes) puedan retrasar la llegada de la demencia, necesariamente tiene que haber un diagnóstico temprano”, aclara.
Recientemente, la Asociación Internacional de Alzheimer (ADI, por sus en inglés) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzaron la campaña “Hablemos sobre Demencia” para generar conciencia, promover conversaciones sobre este síndrome y combatir los estigmas.
Cada tres segundos, una persona desarrolla demencia en el mundo. Se trata de un síndrome cerebral progresivo que implica el deterioro en el tiempo de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria.
La campaña se realiza en el Mes Mundial del Alzheimer. Cabe destacar que el 21 de setiembre fue el Día Internacional de esta enfermedad, principal causa de demencia.
El profesional destaca que “la edad es el principal factor de riesgo, son enfermedades relacionadas a la edad como lo es la artrosis, la osteoporosis, pero no es sinónimo que por el hecho de que una persona tenga 80 años va a tener Alzheimer”. Remarca que si bien “el principal factor de riesgo es tener muchos años”, la enfermedad de Alzheimer y la demencia no son constituyen una consecuencia normal del envejecimiento.