¿Qué querés ser cuando seas grande?, solemos decirles a nuestros niños. Y esta pregunta despierta curiosidad, múltiples sueños y esperanza. El desafío de Elizabeth Garrett Anderson fue querer ser médica. En su época, en el siglo XIX, no se les permitía a las mujeres estudiar medicina. Pero su vocación, capacidad, fuerza y determinación pudieron más. Y pese a todos los obstáculos que la sociedad le puso logró ser la primera médica de Gran Bretaña.
Como le negaron en numerosas oportunidades el ingreso a la carrera de Medicina, se anotó en Enfermería para poder aprender observando la práctica de los otros médicos. Sin embargo, allí tampoco le era posible desempeñarse en la sala de operaciones o asistir a los seminarios para médicos. Estudió para ser boticaria porque no había regulaciones para ingresar a esa carrera respecto de los géneros. Entonces ella se licenció, pero a partir de entonces la Sociedad de Boticarios les prohibió el ingreso a las mujeres. Decidida a ejercer como médica, aprendió por sí sola francés para asistir a la universidad en Francia y así obtener su título. Sin embargo, no le reconocieron su validez una vez que regresó a Inglaterra. Ya recibida, comenzó su lucha para que otras mujeres pudieran acceder a los estudios en su país. Es admirable el empeño que tuvo para no dejarse vencer por las dificultades.
Garrett Anderson además de trabajar duramente para lograr su vocación, se preocupó por la atención médica de las mujeres y los niños. Entonces fundó un hospital para mujeres, que luego llevaría su nombre, en el que todo el staff estaba integrado por personal femenino. Esta institución fue el único lugar donde las mujeres podían asistir a cursos sobre medicina. Años después de que se les permitiera el ingreso a Medicina, se desempeñó como la primera decana en la institución que ayudó a fundar la Escuela de Medicina para Mujeres de Londres. Ahora bien, su reivindicación de los derechos de género también se extendió a otros ámbitos: integró las campañas de las sufragistas a favor del voto de la mujer.
Elizabeth Garrett Anderson es una referente del valor del conocimiento como una herramienta para transformar su propia vida, la de las mujeres y, de esta manera, transformar a toda la sociedad al volverla más equitativa. Asimismo, su vida representa un ejemplo de la pasión por el servicio y atención a los otros que a través de la carrera de medicina supo poner en práctica. En el aniversario de su nacimiento, el 9 de junio, recordamos de esta manera su valioso aporte para la humanidad a través de la lucha por la igualdad de género, que hoy debemos seguir apoyando.